Zapatero entrega Endesa a los alemanes, pero insiste en que cesen a su presidente. Precisamente, la postura de E.ON era todo lo contrario : salvaguardar la españolidad de Endesa preservando su nombre, su equipo directivo e incorporar accionistas españoles. Gran sorpresa en la compañía alemana ante semejante pretensión. Además, Bernotat no quiere que se dispare el precio de la OPA a costa de herir más sensibilidades
Ocurrió durante la visita que el presidente aragonés Marcelino Iglesias y su número dos y coaligado del Partido Aragonés Regionalista (PAR), José Ángel Biel, mantuvieron en el Palacio de La Moncloa con el Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, la pasada semana. Una entrevista muy lógica, dado que, como ya hemos informado, los socialistas pueden perder en las próximas elecciones tanto el gobierno de Aragón como el Ayuntamiento de Zaragoza. Iglesias, que desde que GN lanzó la OPA sobre Endesa se postuló en contra de la misma, defendía a Manuel Pizarro como un hombre que ha hecho mucho por Aragón. Fue en ese momento cuando los dos políticos maños se quedaron pasmados ante un ZP que les espetaba lo siguiente: No te tolero que me hables en esos términos de ese tío : es un facha. Fuese y no hubo nada.
Es decir, Zapatero acaba de rendirse ante el gobierno de Angela Merkel y ante E.ON y entregará la primera eléctrica española, sin ningún tipo de condiciones, salvo las que exija la vergüenza torera, a los germanos, pero, al mismo tiempo, presiona a E.ON para que fulmine a su compatriota Manuel Pizarro, y con él al equipo directivo que ha plantado cara a la OPA de GN. Con ello ZP ha conseguido que ambas partes en conflicto bramen contra su política: en la empresa que preside Salvador Gabarró porque les ha dejado tirados tras animarles a la batalla contra el facha Pizarro; los directivos de Endesa porque van a pagar cara su osadía a manos de quien fuera su caballero blanco.
Curiosa paradoja, dado que el presidente de E.ON, Wulf Bernotat, se encuentra con que es el Gobierno español quien le pide que guillotine a directivos españoles. Su táctica, suponemos que alentada por cierta lógica alemana, era la contraria: no herir más susceptibilidades de las necesarias en España con la siguiente estrategia: en primer lugar mantener el nombre de Endesa y mantener al presidente y al mayor número de ejecutivos posible. En segundo lugar, mantener a Caja Madrid en el accionariado e introducir más capital español hasta llegar al 49%. Y ahora se encuentra con que el propio Ejecutivo español le pide que fusile a Pizarro. Bernotat considera, además, que no debe hacerlo porque aún le queda una barrera por saltar: conseguir un precio adecuado y no verse obligado a mejorar en exceso su oferta.