No hay nada mejor que escoger los datos que se necesitan para defender una labor que no parece que dé frutos. Eso es lo que parece que intenta llevar a cabo el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, cuando ha destacado en la sesión de control al Gobierno que el mes de abril ha cerrado con "más empleo" que el 31 de diciembre de 2010, y que ha permitido recuperar "todo" el empleo que se había destruido en los tres primeros meses de 2010.
Una visión bastante optimista teniendo en cuenta que en los últimos meses el desempleo en nuestro país ha aumentado en 160.000 personas con las subidas del paro en enero (34.406 personas), febrero (68.260) y marzo (130.930), y que el único descenso ha sido en abril debido en gran medida a la Semana Santa, que ha provocado el descenso del paro en 64.309 personas, aunque en términos desestacionalizados sólo descendió en 7.110 personas. Peor no solo eso. De los empleos generados en este último mes y que han sido ocasión de alegría y de visión de brotes verdes, la mayoría son precarios y es difícil que se mantengan en el tiempo, ya que el 75% (49.000 personas) están contratados por el sector servicios.
Quizás se ha creado más empleo, pero está claro que la incapacidad para generar fórmulas que absorban a los cinco millones que hay actualmente de desempleados, echan por tierra cualquier dato más o menos feliz u optimista.
Juan María Piñero
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