Las manifestaciones del Uno de Mayo fueron minoritarias. Casi, casi, exclusivas para liberados sindicales. La de USO no fue diferente. Apenas 1.000 asistentes frente a los 6.000 de los sindicatos mayoritarios. Eso sí, el tono fue bien diferente. Primero, exigencia de una huelga general. Hace falta ya, una huelga general. Ataques a la vicepresidenta De la Vega, responsable de negociar con los sindicatos de la función pública donde USO tiene mucha fuerza. La acusan de negar la libertad sindical en la Administración General del Estado. Casi nada. Y es que a pesar de su peso, USO no tiene derecho a sentarse en la silla de la negociación. También tuvieron palabras contra el ministro del Paro. Contra el paro, movilización; Corbacho dimisión.
Y mientras UGT y CCOO ofrecen 'cariño' al Gobierno y al empresario sostenido por el Gobierno, los del USO están desatados. Díaz Ferrán, vergüenza nacional. Y es que los sindicalistas de USO esperan mucho más del presidente de CEPYME, Jesús Bárcenas, que del propio Díaz Ferrán, a quien afean hasta no haber sido capaz de medir su capacidad para tensar la cuerda.
Andrés Velázquez
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