Sr. Director:
En los mártires tenemos un gran tesoro, muy cercano y, sin embargo, bastante desconocido.
En los mártires tenemos un gran tesoro, muy cercano y, sin embargo, bastante desconocido.
Un Dios prohibido pienso que fue un gran regalo para el acabado recientemente Año de la Fe, en el que precisamente aquí en España, hemos celebrado en octubre la beatificación de otros 500 mártires del siglo XX.
Su historia merece ser bien contada, porque no es una historia que interese exclusivamente a los católicos. La sociedad entera necesita conocerla para no repetirla, y en todo caso, para responder con perdón allí donde haya ofensa y con amor allí donde solo habite el odio.
Jesús D Mez Madrid