En TVE, Oscar Campillo definía a Loyola como persona capaz de abrirse un espacio político propio. Era muy tozuda y terca. Yo admiraba su coraje, se enfrentó cuando tenía que hacerlo a su partido, y los combates con Fischer. Con ese coraje, ella tenía su voz propia, no hay mucha gente así.

 

Juan José Téllez afirmaba que en De Palacio primaba más la gestión que la política por sí misma. En el plano europeo era más tecnócrata que política. Dejó su impronta tanto en el seno de la derecha española y todos quienes la conocieron han destacado esa vitalidad contagiosa incluso de cara a sus detractores.

 

Ernesto Sánchez Pombo la definía como una mujer activa, vitalista, apasionada, muy comprometida con su trabajo. Vamos a tener un buen recuerdo de su paso por Europa. El PP le debe gran parte de su trayectoria a Loyola. Siempre fue muy europeista. Siempre estuvo en esa línea de integración. Me ha sorprendido mucho, todos vamos a quedarnos con la imagen de esa Loyola activa y vitalista.