Pancho es un chaval adolescente que vive una existencia anormal debido al encierro en casa de su madre (una antigua estrella de rock) desde hace 14 años. A Pancho le ha cuidado siempre su abuela, Lupe, pero ésta, que se encuentra gravemente enferma, quiere que su hija vuelva al mundo de los vivos… Pero el que regresa es Diego, el líder del grupo de rock, fallecido accidentalmente, que todavía aportará más confusión a la historia.
Este arranque, con cierto ingenio y toque fantástico, parecía augurar un buen debut en la dirección de Beatriz Sanchís. Pero pronto esta primera impresión se diluye cuando la nueva directora, que califica su película de "arriesgada y especial", empieza a introducir en su argumento cargas de profundidad como mostrar como algo normal las prácticas de santería, defender abiertamente la ideología de género e, incluso, justificar (de alguna manera) relaciones incestuosas.
Es decir, otra muestra más de cine español con carga ideológica de ingeniería social.
Esta fue una de las películas que obtuvo premios en el pasado Festival de Málaga, especializado en cine español y que, dada "la calidad" de las películas presentadas (también se premió la grosera Carmina y Amén) es un certamen que no nos importa perdernos.
Para: Los que se atrevan a contemplar que el cine español es capaz de traspasar todos los límites