Sr. Director:

Olvidar la historia creo que es uno de los objetivos inmediatos que debemos conseguir para alcanzar una paz eterna. La orden de retirada del Santiago Matamoros de la Catedral de Santiago y su inclaustración así me lo hace pensar, en aras de no ofender a nuestros hermanos en la fe de Abraham, los musulmanes.  No hay justicia sin perdón, ni perdón sin olvido.

Pero, ¿qué hacemos con el resto de los "Santiago Matamoros" que hay en España?  Yo pido clemencia para el mío, que está en la Iglesia de las Comendadoras de Madrid y por partida doble. Uno de piedra, encima de la puerta de esta preciosa Iglesia de planta griega que data del año 1650 y que fue reformada por Sabatini, y otro dentro, un gran cuadro de Lucas Jordán, que representa la batalla de Clavijo.  Me da miedo pensar en lo que pueden hacer con ellos con tal de tratar de contentar a quien nunca quiere contentarse.

 

Le veo, al primero, con un peto de caballo picador que tapará la cabeza del sarraceno. No dudo que quedará mono y podremos decir que como estamos en San Isidro…  Para el cuadro, temo lo peor, lo veo sustituido por otro del eximio pintor de los frescos de la Almudena. Los gallardetes que decoran la capilla con referencias a las victorias cristianas irán a ese baúl donde los nostálgicos, sin ira, pero con rabia, vamos guardando todo aquello que sirvió para defender lo que hoy inconscientemente disfrutamos y mañana careceremos, porque no lo habremos sabido defender. La Fallaci tiene cada vez mas razón.

 

Eusebio del Olmo