Cree que en el artículo Marina: ¿pueden los padres adoctrinar religiosamente a sus hijos? sugiero que su interés en Educación para la Ciudadanía es económico y me pide "rectificación" y "excusas". No haré ni una cosa ni la otra, pero trataré de explicarlo de nuevo y despacio, por si no me expresé con suficiente claridad.
Veamos. Marina se ha convertido de facto en el gran defensor de la asignatura. Como hemos informado, es la referencia del ministerio de Educación para que defienda la polémica asignatura en los medios. No hay duda de que además de Cabrera y Tiana, Marina es el portavoz oficioso de ‘Manipulación para la Ciudadanía'. Hasta aquí todo normal. Los gobiernos siempre echan mano de ‘sociedad civil' para defender lo que les interesa. Y siempre hay quien se deja utilizar. Allá él.
A mí, Sr. Marina, no me molesta que Ud. ejerza ‘de facto' de ‘longa manus' del ideologizante proyecto educativo del Gobierno. Lo que me molesta es que ejerza de ‘comercial ideológico' de semejante proyecto adoctrinador entre ambientes eclesiásticos. Cierto que la culpa no la tiene Ud., sino al FERE que se ha dedicado a pasearle por distintas ciudades de España. Aprovechando la celebración del 50 aniversario de las Escuelas Católicas, la FERE ha organizado varios ‘saraos' donde el invitado estrella era Ud., "profesional de la ética", que acudió presto a iluminar las conciencias de los desnortados sacerdotes y monjas. Por supuesto, esta dedicación suya a la ética es perfectamente altruista. Ud. no vive de la ética sino para la ética. Acepto pulpo como animal de compañía
Lo que no entiendo es cómo sosteniendo un discurso abiertamente antirreligioso ha logrado engañar a los curas. Porque en su pomposo "Gran Proyecto Humano", Ud. defiende que "hay que superar el monopolio moral que han ejercido las religiones". Algo perfectamente inasumible por ninguna religión.
Pero es que no contento con eso, en el debate mantenido en CNN , se llega a preguntar si existe el derecho de los padres a "adoctrinar religiosamente" a sus hijos. Y en una reciente entrevista señala abiertamente que el derecho de los padres a educar a sus hijos "no es absoluto".
De acuerdo teóricamente. Casi ningún derecho es absoluto. Pero, ¿respeta Ud. el derecho de los padres a educar a sus hijos o es de los que piensa que ese derecho debe recaer en el más cualificado, es decir, en la escuela? Ud, que es un "profesional de la ética", se cree en el derecho de educar a los hijos de los demás, que para eso es más sabio que el resto. Se le olvida que existe una relación natural paterno-filial y que cuando el chaval o la moza tengan problemas irán a llorar a su padre o a su madre, no a Ud.
Lo que en realidad le pasa –y así lo ha puesto de manifiesto en varias ocasiones- es que desconfía de la capacidad educativa de los padres. Cree que los padres son irresponsables e incapaces. Y ahí está Ud. para solucionar sus problemas. Muchas gracias, pero ya somos mayores de edad. Sr. Marina. Sabemos lo que queremos y no estamos dispuestos a que nadie ponga en entredicho nuestra patria potestad y nuestro derecho a educar a nuestros hijos en los valores morales y religioso –sí, religiosos- que nos parezcan oportunos. Aunque le parezca mentira, los padres tienen derecho –y deber- de enseñarles a sus hijos de dónde vienen, a dónde van y cuál es el sentido de la vida.
A Ud. esto le parece una aberración, porque cree que hay que superar "el monopolio religioso" de las religiones. A cambio, propone instalar el monopolio moral y pseudorreligioso de Marina. Y deberá de entender que muchos padres no deseamos a semejante profeta.
Sobre lo que le preocupa, permita desconfiar de su altruismo. Resulta que Ud. salta a la yugular cuando los obispos cuestionan la asignatura ¿Protege su ideología, su negocio a ambas cosas? Que juzgue el lector. Ud. acude a promocionar su libro donde le llamen, a lo Paco Umbral. Es lo propio de todo autor. Nada que objetar. Ud. defiende su negocio. Un señor negocio. Porque sabe muy bien que la editorial SM que ha editado su libro es la cabecera de referencia de muchos de los 2.000 colegios religiosos. Y sabe que si consigue que la FERE recomiende su texto abiertamente anticristiano, logrará ventas masivas y cautivas. Desde "Ética para náufragos" Ud. conoce muy bien que los curas son prescriptores, los padres ‘paganinis' y los niños ‘víctimas'.
El mercado funciona así y Ud. chupa rueda. Por supuesto que hay un móvil económico. Y claro que seguro que no es su única motivación. Pero a nadie le amarga un ‘agosto'. Por cierto, ¿podría informarnos de cuánto dinero ganará presumiblemente con este libro? ¿Entre los 100.000 y los 500.000 euros? ¿Nos quedamos cortos? Sería una información muy útil. El móvil, que lo juzgue el lector. Atentamente,
Luis Losada Pescador