Se agrava la situación del Grupo PRISA. No logran vender Digital , especialmente desde que Rupert Murdoch, animado por José María Aznar, se fuera de la subasta y esparciera la siguiente máxima: todo lo que sea pagar más de 2.000 millones de euros por Digital (y sin deuda) es una ruina. Ahora, con una adecuada contabilidad analítica de costes, esas deudas ya superan los 2.000 millones de euros. Dicho de otra forma: los Polanco no solucionan su problema vendiendo a ese precio y en estas condiciones.
Así que Juan Luis Cebrián ha decidido continuar con el chantaje a Telefónica, que pretende alquilar la compañía a un precio de 4.000 millones de euros (sí, han entendido bien: 4.000 millones por una parte pequeña de una empresa que vale en Bolsa, en su totalidad, 625 millones de euros). Ahora presiona Vodafone, con quien ha firmado un contrato para lanzar su propio Imagenio (la IP-TV de Telefónica), algo que ya hiciera con Orange dicho sea de paso. Y la cosa tiene su gracia, porque los expertos discrepan sobre la posibilidad de conseguir que los clientes de Digital -menos cada día que pasa- se puedan transformar en clientes IP-TV. LA transición no es imposible, pero tampoco es fácil.