Lo he dicho porque lo creo en virtud de mi libertad de cátedra; digo lo que pienso. Así de claro se mostró el Alto Comisionado para las Víctimas, Gregorio Peces-Barba, en una muestra de talante y tolerancia. En su último libro señala que la Iglesia, el Ejército son impedimentos para el desarrollo y la modernización de España. Y lo afirma con la arrogancia de su libertad de cátedra. Con un par. Sin bajarse del monte, que para algo es Peces-Barba el puntal del laicismo español.
Lo que llama la atención es que el diputado popular y padre de la patria Gabriel Cisneros, diera el cante en el desayuno, paralizando el acto para lograr una firma de Peces del mencionado libro. ¿Es que Cisneros comparte con semejante entusiasmo que la Iglesia es un impedimento para la modernización de España?
Preguntado sobre el sentimiento del dolor desde una óptica que niega la trascendencia espiritual, señala que España es una sociedad plural y que por tanto, el dolor puede ser entendido tanto desde una óptica laica como religiosa.