- Repsol solicita, ante el Ciadi, 8.000 millones.
- Además, quiere negociar con Argentina por YPF pero "para eso hacen falta dos".
- La petrolera pide a la Unión Europea que no olvide su caso.
- Y en Europa admiten que el caso entorpece las negociaciones con Argentina.
- Tanto Repsol como la UE prefieren que el asunto se resuelva mediante un acuerdo antes que en los tribunales.
- Mientras tanto, CFK ve las elecciones de octubre con mucha preocupación.
Algo debe tener la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner (CFK), porque una vez más lanza una oferta de paz a Repsol sobre la expropiación de YPF. La Casa Rosada ofrece "depositar" -que vaya usted a saber lo que significa- 1.500 millones de dólares por el 51% de YPF. No deja de ser la misma oferta, ya explicitada dos veces, y que resulta inaceptable para la petrolera española. Al parecer se trata de aparentar actitud negociadora.
Por su parte, el vicesecretario general de Repsol, Miguel Klingenberg, ha afirmado este miércoles que la compañía quiere negociar con el Gobierno argentino para solucionar el caso YPF. El problema es que "para eso hacen falta dos", ha admitido.
En un acto celebrado en la sede del Parlamento Europeo, en Bruselas, el directivo ha pedido a las autoridades comunitarias que no olviden el caso y que no lo releguen al último puesto de las prioridades, aunque pasen muchos años antes de que resuelva.
Por su parte, el representante de departamento de Comercio de la CE con Hispanoamérica, Matthias Jorgensen, ha admitido que el caso de YPF es "una piedra en el zapato" en las negociaciones que mantiene Bruselas con Argentina.
En cualquier caso, tanto Repsol como la UE creen que la mejor solución sería un acuerdo entre las partes y que no se tuviera que esperar al pronunciamiento de los tribunales.
Mientras tanto, la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner (en la imagen), se enfrenta a un futuro político más que incierto. A finales de octubre habrá elecciones legislativas en el país y CFK necesita una mayoría de dos tercios para modificar la Constitución con el fin de poder presentarse a la reelección en 2015.
Sin duda, un reto casi imposible de lograr, a tenor de lo sucedido en los últimos comicios locales. Tal vez esa -la marcha de CFK- sea la puerta que permita llegar a una solución negociada entre las partes.
Pablo Ferrer
pablo@hispanidad.com