Sr. Director:
Para mí, y para la gente con quien he hablado sobre el asunto de la nueva ley estrella del Gobierno Zapatero, el aborto libre, resulta incomprensible que no se hace la menor mención sobre el papel que corresponde al padre biológico del feto muerto o que va a morir en el quirófano.

 

Todo da a entender que el legislador ha evitado deliberadamente, por motivos sospechosos -es impensable que se le haya olvidado totalmente- evita, digo, hacer cualquier alusión a esta circunstancia que, quiérase o no, es una parte sumamente importante del problema del embarazo, tan importante como que sin la participación de un hombre no existiría este problema.

Pero como el directo responsable de la ley del aborto es el Gobierno, más concretamente Bibiana y Trinidad miembras del Gobierno, es a él a quien me dirijo en primer término para preguntarle directamente las motivaciones que ha tenido para no mencionar el papel del padre en este problema. ¿Es que acaso el progenitor, en esa fase de la vida de su hijo, no tiene derechos legales reconocidos, aunque sin duda los tiene naturales? ¿Se pretende acaso dar un nuevo golpe al machismo mal entendido en favor de un feminismo peor entendido aún?

Es tan artificial y tan desatinada esta ley en su contenido y en su forma tal como la han aprobado, que está plagada de contradicciones y de disparates empezando por el de despreciar la opinión de la mayoría de los ciudadanos, rotundamente contraria a la misma, cosa que al legislador le trae sin cuidado como es habitual en ese absurdo caminar de una Cámara Legislativa cuya última decisión, por trascendente que sea depende normalmente de un solitario diputado con dos o tres mil votos y con alguna que otra prebenda (PNV) que llevarse a la andorga.

Xus D Madrid