Me comenta alguien: Vamos hacia una guerra civil.
No hombre, no, porque nadie saca el fusil por unos intereses. Para unos intereses ni se mata ni se muere, porque si te quitan la vida ya no tiene interés alguno. Por unos intereses, se manipula, se soborna, se corrompe y se cambia de opinión, pero no se va a la guerra.
En 1936, los generales sublevados consiguieron la victoria porque la II República había pisoteado los ideales de muchos millones de católicos españoles, había violentado su libertad religiosa y ofendido sus creencias. Por eso, Franco tuvo a un pueblo de su lado. Mejor, no estaban con él, estaban contra el muy democrático Gobierno de la II República.
Pero mucho me temo que el asunto Ibarretxe no tiene nada que ver con esto, ni la España de 2005 es la de 1936. En primer lugar, los nacionalistas vascos no conseguirán jamás su independencia de España. Es España quien tiene que conseguir su independencia de Bruselas. El Plan Ibarretxe es la tontuna de un visionario, y sólo la necedad del resto de los partidos no nacionalistas ha conseguido que toda la política española gire alrededor de una mamarrachada tan irrelevante.
Porque, mientras las portadas se llenan con el Plan Ibarretxe, todos son conscientes de que, si de la unidad de España hablamos, ésta está amenazada por el régimen marroquí, no por el Partido Nacionalista Vasco. Y díganme, cuando nuestro amigo Mohamed VI invada Ceuta y Melilla, ¿cuántos españoles estarán dispuestos a tomar las armas y jugarse la vida por defenderla?
Luego está el laicismo progre del Gobierno Zapatero. Dejando a un lado que lo único que ha hecho Zapatero en materias como la vida o la familia es terminar lo que el centro reformismo del Partido Popular comenzara en 1996, la verdad es que muchos hablan de guerra civil por el Plan Ibarretxe y en defensa de la unidad de España, cuando lo cierto es que nadie está dispuesto a dar su vida por la unidad de España.
Eulogio López