La historia del eminente neurocirujano de Harvard, Eben Alexander, y su viaje al más allá durante un estado de coma, ha sido portada en Newsweek.
Según explica, debido a una infección bacteriana en el fluido cerebroespinal, las neuronas de su neocórtex se desactivaron totalmente para el pensamiento y las emociones, no pudiendo inducirle las experiencias celestes que él vivió en una dimensión del universo que él nunca hubiera imaginado que existiese, en las que conoció a nuevas criaturas y fue acompañado por una bella mujer cuya voz le transmitió una enorme sensación de bienestar.
Esto le ha llevado a afirmar que ahora cuenta con la prueba científica de la consciencia tras la muerte, ya que antes era muy escéptico a este tipo de testimonios. Los que vivimos en países de raíces cristianas, sabemos que nuestra alma inmortal cambia de vida cuando el cuerpo muere, y que el destino es diverso según el estado en el que ésta encuentre, pues existe un Cielo, pero también un Purgatorio y un Infierno.
Numerosos místicos del presente y del pasado los han descrito gracias a revelaciones divinas, sin tener que morir. La religión y la ciencia se apoyan y se alían con la historia de E. Alexander, dando prueba a los indolentes de espíritu, de que Dios y la vida eterna existen, pues no sólo la teología lo defiende, sino que la ciencia lo confirma.
M. Dolores Bravo