Sr. Director:
¡Vaya con Montilla! Ahora llama "retrógrados" a los que se oponen a su política lingüística.

 

A mí, señor Montilla, me parece retrógrado aquel político como usted que no respeta la libertad de sus conciudadanos y les multa en función de la lengua del rótulo de su tienda. O el que no permite a los padres elegir con libertad la lengua de enseñanza entre las dos oficiales. O el que impone una administración monolingüe en una sociedad bilingüe, tratando a la lengua de la mitad de la población como si no existiera. 

No nos engañe ni se engañe, señor Montilla. Aquí lo auténticamente retrógrado es su política lingüística del "palo" y la imposición, sus multas y sanciones lingüísticas y su falta de respeto a la libertad de los ciudadanos.

María Sánchez Reyes