En este momento, en Argentina, la inflación ronda el 200%. Mientras que en los últimos doces meses se ha situado en el 287%. Razón por la cual, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) se ha visto obligado a emitir billetes nuevos de 10.000 pesos (hasta ahora, el más elevado era de 2.000 pesos (2 euros) y 1.000 pesos (1 euro). 

Y también por culpa de esa elevada inflación, las empresas argentinas vaticinan un aumento anula del 191% en los sueldos

Como se ve, un contexto económico duro, pese a los esfuerzos del nuevo Gobierno de Javier Milei por controlarlo, con medidas que alivien la maltrecha economía del país.

Ese es el sentido, por ejemplo, de su 'ley ómnibus' (oficialmente llamada 'Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos'), aprobada en el Congreso recientemente, pero en la actualidad en tramitación en el Senado. 

La ley ómnibus contempla la privatización de empresas públicas -como la compañía Aerolíneas Argentinas, empresas de servicios públicos, trenes y servicios postales-; así como reducir el gasto público y otras medidas laborales, financieras y sociales. 

Y claro, en un país con mucha gente acostumbrada a vivir del erario público, los recortes y ajustes de Milei no gustan nada.  

Y esa es la razón de la huelga general de 24 horas, convocada ayer jueves por la Confederación General del Trabajo (CGT) -principal central obrera del país- y las dos Centrales de Trabajadores Argentinos (CTA), la segunda huelga tras la del pasado 10 de diciembre. 

En este paro se habían comprometido de manera especial los trabajadores del transporte público  -colectivos (autobuses), trenes y subterráneo (metro)-, que han logrado imágenes inéditas, debido a su ausencia, en las calles de Buenos Aires (en el Área Metropolitana de Buenos Aires viven unos 16 millones de personas, lo que equivale a un tercio de la población argentina). 

También se sumaron a la huelga el sector el sector de carga, la educación, el bancario y los funcionarios estatales. La sanidad estableció servicios mínimos. 

Según algunos medios, pudieron verse calles semivacías en Buenos Aires. Sin embargo, muchos comercios, farmacias y restaurantes abrieron sus puertas

La CGT ha destacado "la contundencia del paro", que, a juicio de uno de sus líderes, Héctor Daer,  "demuestra que el Gobierno tiene que tomar nota".

Pero a Javier Milei este tipo de movilizaciones, paros y huelga parecen no afectarle: "Yo no paro. Viva la libertad, carajo".