Sr. Director:

El otro día un conocido me explicaba dos hechos que tenían algo en común: 1.“Un indigente se ha instalado en un banco, cerca de mi portal. Los vecinos nos hemos quejado. La policía nos ha contestado que esta persona está en un espacio público”. 2.”Cerca de mi vivienda, hay pisos ocupados ilegalmente. Los vecinos nos hemos quejado varias veces. La policía nos ha contestado, que son espacios privados y que sin la denuncia del propietario no pueden hacer nada”.

¡Porque el espació es público, porque el espacio es privado!. Y seguimos soportando los gritos, la acumulación de suciedad y los malos olores.

Esto es lo que más o menos decía la persona mencionada.

Vivimos en un país garantista. Un país que protege los derechos de la gente. ¡Bien!. Pero nosotros seguimos soportando que se meen cerca de nuestro portón. Y que en la casa de al lado haya un trasiego o ajetreo particular.