Que Rubalcaba saque a relucir el espantajo de la "extrema derecha" para estigmatizar la nueva ley del aborto, no es una mera anécdota.
Pero tampoco lo es o, aún lo es menos, la injerencia de la ministra de Derechos de las Mujeres y portavoz del Ejecutivo galo (Francia), cuando dice que en España se produce un retroceso en materia de derecho a disponer del cuerpo propio.
Lo que es terrible es que quien hable así sea la responsable de salvaguardar los derechos de las mujeres, que son también víctimas del aborto, y que no disponen de su cuerpo sino del de otro, al que se elimina antes de nacer.
Pienso que tienen razón el ministro español de Justicia cuando le ha respondido con acierto recordando que las tesis de los socialistas sobre el aborto son cosa del pasado y que están en minoría en Europa, como pudo comprobarse recientemente en el Parlamento Europeo cuando perdió la propuesta de la diputada socialista portuguesa, Edite Estrela.
No olvidemos que no es cuestión de derechas ni de izquierdas, sino de ciencia y verdad o propaganda y mentira. Con los avances científicos de los que hoy disponemos, no se puede mirar para otro lado.
Hay un ser humano distinto, único e irrepetible desde el momento de la concepción. Algunos, cegados por la ideología y por conseguir algún voto fácil, se niegan incluso a mirar una ecografía.
José Morales Martín