Antes de nada. ¿Por qué escribo tanto sobre Medjugorje cuando yo ni tan siquiera he estado allí (aunque no pierdo la esperanza) Pues sencillo, porque Medjugorje, digámoslo de una vez, se ha convertido en la piedra de toque sobre el futuro próximo de la Iglesia y, por tanto, del mundo.
¿En qué punto nos encontramos de este proceso Se lo explico en dos patadas. Mucho me temo que se puede perder la batalla de la confusión que es, precisamente, la batalla que nunca debe perder la Iglesia, cuya función es clarificar.
Y ahora vamos con los datos. No tengo ni la menor idea del poder real que tiene la Vicaría General del Arzobispado de Madrid. Lo mío no es el derecho canónico. Pero el caso es que ha elaborado una nota, de difícil resumen, calcada de la del Arzobispado de Toledo, en la que nos vienen a decir que lo mejor es no fiarse de las 'supuestas' apariciones de la Virgen María en la aldea bosnia de Medjugorje. Ahí la tienen:
"El pasado mes de octubre, ante la anunciada visita de uno de los supuestos videntes de Medjugorje a parroquias de varias diócesis de los Estados Unidos, el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Arzobispo Gerhard Ludwig Müller, quiso recordar a los obispos de aquel país, a través del Nuncio Apostólico, cómo se debe actuar respecto de las supuestas apariciones de la Virgen María en Medjugorje. Dado que se han recibido consultas sobre este mismo tema y con el fin de aclarar a los sacerdotes y a todos los fieles cuál es la postura de la Iglesia sobre este asunto, esta Vicaría General comunica lo siguiente:
1. En este momento, la Congregación para la Doctrina de la fe está investigando algunos aspectos doctrinales y disciplinares en relación con los fenómenos de Medjugorje.2. En cuanto a la credibilidad de las "apariciones" en cuestión, se debe aceptar la Declaración de los Obispos de la antigua Yugoslavia, fechada el 10 de abril de 1991, la cual concluye que "sobre la base de la investigación realizada, no es posible afirmar la existencia de apariciones o de revelaciones sobrenaturales".
3. Por consiguiente, no está permitido que ningún fiel católico participe en reuniones, conferencias o celebraciones públicas en las que se dé por supuesta la credibilidad de dichas "apariciones"".
Y lo firma la Vicaría General del Arzobispado de Madrid.
Lo curioso es la profusión de diócesis españoles, ya van dos, empeñadas en aclarar lo que nadie ha pedido aclarar. España es el país donde Medjugorje ha tenido menos impacto. En otras palabras, ¿qué se le ha perdido a Toledo y Madrid en el asunto Medjugorje, tan lejano a la jerarquía eclesiástica española En cualquier caso, vamos a aclarar varios puntos:
1.- No es la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe quien ha investigado Medjugorje. Ha sido la Comisión creada al efecto por Benedicto XVI y presidida por monseñor Camillo Ruini, que suponía una desautorización de los obispos de Mostar que se habían opuesto al carácter sobrenatural de las apariciones. Es decir, que Benedicto XVI había desautorizado a los obispos de Mostar. Si no, no habría creado una comisión vaticana, cuando son los ordinarios del lugar los que tienen, en principio, la última palabra sobre cualquier suceso extraordinario.
2.- La conferencia de obispos de la antigua Yugoslavia no dictaminó que Medjugorje fuera mentira. Sería algo bastante complicado cuando ya se había convertido en la capital mundial de la penitencia. De hecho, al parecer los actuales comunicados se olvidan de un par de palabas importantes de aquella confirmación: "De momento…". Al parecer, quienes invocan la resolución de los obispos de la antigua Yugoslavia llegan más allá que la susodicha conferencia. Y todo ello, fíjense ustedes, justo en el momento en el que el obispo Camillo Ruini aseguraba que los trabajos de la comisión estaban a punto de concluir. Que no, que no es la Sagrada Congregación quien estaba llamada a decidir en Medjugorje, sino la comisión… claramente favorable a la sobrenaturalidad de Medjugorje.
Pero lo más importante de la resolución del Arzobispado de Madrid es esta frase: "No está permitido que ningún fiel católico participe en reuniones, conferencias o celebraciones públicas en las que se dé por supuesta la credibilidad de dichas 'apariciones'".
Pero oiga, ¿cómo es posible cumplir con esa directriz Qué sé yo si en los ambientes litúrgicos en que me muevo se dan por ciertas las revelaciones de Medjugorje.
Pero lo más importante: la nota del Arzobispado de Madrid contradice de pleno el decreto de Pablo VI sobre apariciones, donde se permite a todo fiel, o sacerdote participar, y hasta difundir, en cualquier suceso sobrenatural, sean o no reconocidos por la autoridad eclesiástica. Así lo recoge, con todo rigor, el libro Con voz de Madre, que trata de las apariciones de Fátima, Amsterdam y Garabandal. Así va:
Decreto S.S. Pablo VI Año 1966: "El Canon 1399 prohibía por derecho la publicación de ciertos libros tales como aquellos que tratan de revelaciones, visiones, profecías y milagros. Este Canon ha sido derogado… Esto significa que se permite a los católicos publicar sucesos de revelaciones, visiones, profecías y milagros, sin necesidad de Imprimátur o de Nihil Obstat, o cualquier otro permiso. Por supuesto estas publicaciones no deben poner en peligro la Fe y la Moral... De aquí que no hay ninguna prohibición relativa a Apariciones, sean ellas reconocidas o no por la Autoridad Eclesiástica…
Por la misma razón se permite a los católicos frecuentar lugares de Apariciones, aún aquéllas no reconocidas por los Ordinarios de la Diócesis o por el Santo Padre. Los católicos que frecuenten estos lugares deben respetar la Fe y la Moral…
Se requiere permiso tan solo para la celebración de la Santa Misa o cualquier otro servicio religioso. El Canon 2318 disponía penas contra los que violasen las leyes de censura y prohibición. Este Canon ha sido derogado a partir de 1966".
Y más:
"Nadie puede incurrir en censura eclesiástica por frecuentar lugares de apariciones, aún aquéllas no reconocidas por los Ordinarios de la Diócesis, o por el Santo Padre. También aquéllos que hubieran incurrido en las prohibiciones tratadas en el Canon 2318 serán igualmente absueltos por el mismo hecho de la abrogación de este canon".
Todo ello firmado por:
- Alfredo Cardenal Ottaviani, Pro-Prefecto de la Sagrada Congregación para la doctrina de la Fe.
- P. Parente, Secretario.
Y para quien quiera comprobarlo, ahí van los datos: este decreto de Pablo VI fue aprobado por S.S. Pablo VI, el 14 de Octubre 1966, y publicado el 15 de Noviembre de 1966, en A.A.S. 58/16a 29 de diciembre 1966, entrando en vigor el 29 de Marzo de 1967.
No, no he buscado un decreto extraído al azar o referido a otras cuestiones y utilizado de forma espuria. El caso es que Pablo VI publica este decreto, que contradice la nota del Arzobispado de Madrid sobre Medjugorje, apenas meses después de que ese Pontífice recibiera en audiencia a Conchita, una de las cuatro videntes de Garabandal, entonces una adolescente, y le dijera lo siguiente: "Conchita, yo te bendigo y conmigo te bendice toda la Iglesia". Eso después de que el cardenal Ottaviani examinara a Conchita durante horas.
Mi pregunta es: ¿Cómo es posible que uno de los mejores canonistas del mundo, el cardenal arzobispo de Madrid, Rouco Varela, no haya reparado en ello
Así que sigan yendo a Medjugorje. La Iglesia no lo ha prohibido. Es más, Pablo VI lo permite expresamente para cualquier tipo de posibles aspiraciones. Solo la Vicaría General del Arzobispado de Madrid lo ha prohibido, y con todos mis respetos, la Vicaría de Madrid no es tan importante como Pablo VI.
Sigan acudiendo a Medjugorje y sigan rezando por la batalla interna que se libra en la Iglesia sobre Medjugorje y otras apariciones o locuciones marianas contemporáneas. Porque Medjugorje se ha convertido en la piedra de toque de los tiempos actuales. Y la cuestión es la misma: ¿Por qué ese empeño en negar Medjugorje en medio de una monumental ceremonia de la confusión Cuidado, no estamos censurando a Santa María. En este momento histórico, sería más grave que en ningún otro. Nos jugamos mucho.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com