Alarmante las cifras del abandono escolar que se disparan hasta el 31,2 por ciento. Pero no nos preocupemos porque el ministro de Educación, Ángel Gabilondo dice que el fracaso escolar, va a conseguir una sensible reducción, hasta conseguir situarnos en un 15% para el 2020.
¡No son malas esperanzas, claro que no!, diez años para levantar un poco la cabeza, y mientras tanto estos jóvenes gamberreando o lo que se tercie, sin formación alguna, sin trabajoya me dirán. Pues menos mal que estamos en manos de un gobierno de progreso.
Cuando mis hijos mayores estudiaban aún les cogieron los últimos años del franquismo, sí la dictadura, pero yo podía escoger el colegio que quería para mis hijos en aquellos tiempos, en principio los matriculé en el que, conociendo a los profesores sabía cómo funcionaba y además por los que alumnos que allí estaban y los resultados que conseguían.
Luego, más tarde, con Felipe González, tengo que reconocer que también funcionaba igual, recuerdo en una ocasión le tocó a uno de ellos con una profesora que mi hijo se estaba quedando atrás porque el resto del alumnado era de un nivel más bajo que él, enseguida averigüé donde había un curso que tuviera un nivel más alto y allí me lo admitieron. Como tiene que ser, porque somos los padres los que tenemos el derecho a elegir libremente la formación y educación de nuestros hijos.
Si este gobierno presume de progreso tendría que empezar por ser la preocupación más importante para ellos la educación, porque para que un pueblo progrese es fundamental que sus integrantes estén formados.
Con estos datos en la mano no hay que ser muy avispado para darse cuenta de que los experimentos, cuantos menos mejor, y de que lo que hace falta es mejorar la calidad de nuestra enseñanza, reforzando en primer lugar las materias básicas, apoyando la labor del profesorado y la participación de las familias. Pero, por el momento no es esa la preocupación ni la voluntad de nuestro gobierno, desgraciadamente.
Nieves Jiménez