En estos momentos, el principal foco de conflicto está en Galicia, donde los ganaderos han bloqueado las plantas de Lactalis, Leche Río y Celta para protestar por los precios que la industria paga. El siguiente paso serán las campañas informativas para desaconsejar la compra de estos productos. Lactalis llegó a amenazar con no recoger leche si los piquetes permanecían frente a la fábrica, pero finalmente ha dado marcha atrás y sus camiones saldrán a hacer su trabajo.
Galicia es sólo uno de los puntos, porque el resto de los ganaderos españoles también se encuentra afectado. Si quieren vender la leche que dan sus vacas, tienen que aceptar los precios que les imponen la gran industria, dedicada a recoger la leche de las pequeñas explotaciones, envasarla y venderla a las grandes superficies. Asturias lidera la cantidad de leche comercializada con acuerdos escritos, pero los ganaderos reclaman precios más altos y poder de negociación.