La boda del presentador de TV y el activista gay Jesús Vázquez, ha sido tratada con profundísimo respeto, incluso cierta unción, por los medios informativos, tan temerosos de que, si no aplauden los matrimonios gays, pueden ser acusados de algo tan grave como la homofobia. El ABC habló de la nueva familia, mientras alababa a Pedro Zerolo, amigo del novio, quizás de los dos novios, y a la también socialista, concejal del ayuntamiento de Madrid y responsable de Internacional del PSOE, Trinidad Jiménez.
Como quiera que doña Trinidad se ha especializado en matrimoniar a parejas, incluso de ambos sexos, ya es conocido en la capital de España como Trini, la obispa. Sus afamadas homilías laicas vienen precedidas como ella misma se ha encargado de explicar, de un conocimiento exhaustivo de la historia de amor que la concejala certifica, además de elegir la música del evento.
Pues bien, el periódico de alcance nacional que mayor y más deslumbrante espacio, morreo incluido, ha dedicado a la boda de Jesús Vázquez (por cierto, uno de los imputado, aunque resultó absuelto, que conste, del caso Arny, aquel pub sevillano donde presuntamente algunos famosos, todos reconocidos gays, realizaban servicios sexuales con menores) ha sido La Razón.
Ocurre que el diario propiedad de José Manuel Lara alberga en secciones clave a una nutrida represtación de gays y lesbianas. Es sabido que en determinada sección de la redacción, precisamente la que suele tratar estos temas, nadie puede medrar si no es homosexual o lesbiana. Como lo es que algunos grupos cristianos empiezan a estar hartos de un diario que se reconoce representante del humanismo cristiano, al que luego desmienten sus páginas.