Sr. Director:
Hace unos días oí en una emisora de radio que Zapatero había leído un libro. La verdad es que me dio la risa. Aunque algo debe haber, porque esa nueva expresión de "químicamente imposible" que ha sacado no se le ha podido ocurrir a él. Quiero avisar a Pepiño Blanco que en esto no imite a su líder. Está bien que aprenda de su jefe a hablar con palabras entrecortadas. Le da a sus bobadas un aire de seriedad. Pero, por ejemplo, es químicamente imposible que llueva, pero suele ser físicamente bastante posible.
Ser malo es fácil, pero requiere dos condiciones: proponérselo y un mínimo de inteligencia. Hasta ahora, los socialistas sabían distinguir entre lo que se grita en las manifestaciones y lo que hay que hacer en la realidad. Esto denota cierta inteligencia. Zapatero no alcanza este nivel. Por otra parte, cuando le entra el sueño, dormir es prioritario. Tampoco se puede proponer grandes cosas.
Una sustancia amorfa y con la cabeza hueca es químicamente irrelevante, inerte. No puede ser malo. Pero físicamente tiene una masa, también inerte. Si una fuente de energía, pongamos 192 cadáveres, le da un fuerte impulso, se desplazará de aquí para allá a gran velocidad. Como la bola del pinball, choca con todo, organizando una gran escandalera, hasta que se cuela por el agujero. Físicamente sí es un peligro. Aporrea todo lo que encuentra en su caprichosa trayectoria.
Rafael Quijano
rqa42@wanadoo.es