Sr. Director:
Antes del inicio de la celebración de la cumbre del denominado G-20, que tuvo lugar en Londres, esta recibió una misiva especial, firmada por Benedicto XVI, que debería haberse tenido en cuenta a la hora de enfocar las causas de la crisis que nos atenaza y de proponer las medidas ante la inestabilidad de los mercados financieros.

Benedicto XVI pedió a los miembros del G-20 que las soluciones a la crisis no sean expresión de los egoísmos nacionalistas ni de proteccionismos estériles. El Papa ha puesto sobre la mesa algunos motivos de reflexión que no deben ser obviados: el primero, la centralidad de la persona humana y, como consecuencia, el comportamiento ético en los agentes económicos, que está íntimamente ligado a la confianza, base de la economía, del mercado y de las relaciones humanas.

La insistencia del Papa en poner sobre la mesa la cuestión de África no es otra que la de un padre de todos que recuerda a los poderosos de la tierra que no deben olvidar a los más pobres con el pretexto de la crisis, al contrario, deben ayudarles a poner en marcha todo su potencial de desarrollo, por el bien de todos.

Jesús D Mez Madrid

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