La violencia y la maldad son asuntos recurrentes en la filmografía del austriaco Michael Haneke. Ahora los circunscribe en el marco de una sociedad luterana de comienzos del s. XX.
En 1913, en un pequeño pueblecito de Alemania comienzan a ocurrir extraños acontecimientos teñidos de violencia. Los recuerda el entonces joven maestro de la localidad
Un reparto coral (que interpreta a un todo un pueblo) defiende esta desasosegante historia, visualmente muy poderosa pero que muestra con una fuerte radicalidad las consecuencias provocadas por una educación religiosa severa y puritana donde el castigo es moneda de cambio. Aunque menos explícita que en otras películas anteriores de Haneke, en La cinta blanca hay escenas sórdidas y, sobre todo, se intuyen relaciones humanas realmente desoladoras donde no hay límites para la amoralidad y donde caben todo tipo de excesos: pederastia, adulterio, humillación de un ser humano por parte de otro, etc
Multipremiada en varios certámenes (en los últimos Premios del Cine Europeo ganó los galardones más importantes: a la mejor película, mejor guión y mejor director). La cinta blanca no deja hueco a la esperanza porque en su extenso desarrollo realmente sólo hay una única historia blanca y hermosa: el romance entre el maestro y la niñera.
Algunos han calificado La cinta blanca como una mirada a los orígenes del nazismo. Particularmente opino que la lectura más directa de esta película hace alusión a que en la educación recibida en la familia y, sobre todo, en la religión (aunque aquí se circunscriba a la protestante) se encuentra el germen de la maldad. Y, sinceramente, eso me parece mucho más preocupante
La cinta blanca se estrenó el pasado viernes 15 de enero
Para: Los que quieran contemplar la visión más desoladora de la naturaleza humana