Oficialmente, no va a haber más interrupciones en el suministro de gas, pero lo cierto es que la avería del gasoducto de Argelia es más grave de lo que se ha reconocido oficialmente. Problemas laborales en el país magrebí impiden solucionar de forma definitiva los problemas técnicos del único tubo que trae gas a España. Y esto no es culpa de nadie en este país sino, al menos en este caso, del suministrador. De puertas adentro, lo que se precisa es acelerar la infraestructura de transporte y regasificación de gas licuado.

Por cierto, durante la reciente reunión convocada en el Ministerio de Industria por el secretario general de Energía, Antonio Fernández-Segura, el presidente de Enagás, González Adalid, reprochó al consejero delegado de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, su actitud durante la crisis. Al parecer, Sánchez Galán ofertó un buque gasero, pero no prometía su entrega sino para el 28 de diciembre. Es decir, para cuando ya se habrían solucionado las restricciones y a alto precio.