¿Qué niño no ha tenido miedo a la oscuridad ni ha sufrido pesadillas? Con este punto de partida, que tan bien explotaron los geniales animadores de Pixar en Monstruos S.A., arranca este tercer largometraje del español Juan Carlos Fresnadillo, que despuntó con dos películas inquietantes: Intacto y 28 semanas después.
Dos niños, Juan y Mia, que viven en países diferentes y aparentemente no tienen ninguna conexión, son "visitados" cada noche por un intruso sin rostro: Carahueca. La situación se convierte en verdaderamente tensa cuando sus progenitores son testigos de estas terroríficas presencias.
El arranque de este largometraje atrapa gracias a una puesta en escena muy adecuada y un reparto internacional de lo más atractivo donde el mayor protagonismo recae sobre británico Clive Owen y la española Pilar López de Ayala, que están correctos en sus papeles y que demuestran que el amor de unos padres es capaz de enfrentarse a todo. Pero esta historia, coescrita por dos excelentes guionistas, Jaime Marqués y Nicolás Casariego, empieza pronto a desbarrar puesto que, aunque se mueve en un género donde las trampas argumentales son moneda de cambio, en Intruders éstas son demasiado constantes e, incluso, cuando se produce el desenlace nos damos cuenta de que muchas de las situaciones propuestas a los espectadores nunca han estado justificadas (sobre todo, el exorcismo que intenta perpetrar el sacerdote encarnado por Daniel Brülh).
Por ello, Intruders no convence porque transite por lugares comunes del género de terror, y que hemos visto en películas tan famosas como El sexto sentido o Poltergeist, sino porque ese "universo visual que nace de lo más oculto" (y que tanto le gusta explorar en sus películas a Fresnadillo) cuando se intenta racionalizar argumentalmente se cae por su propio peso.
Intruders ha sido producida, entre otros, por Antena 3 films, que ya cuenta con un éxito de taquilla dentro de este género, gracias a Los ojos de Julia.
Para: Los que quieran ver una película de terror psicológico que desbarra cuando lo aparentemente paranormal se justifica de forma normal (y les aseguro que no es un trabalenguas)