Todo apunta a que E.ON, Gas Natural e Iberdrola se repartirán el botín de la compañía presidida por Pizarro. Zapatero cede ante los alemanes y entrega la primera eléctrica española a una multinacional protegida por el Gobierno alemán. Las declaraciones al Times no son sino la última baladronada del inquilino de la Moncloa. Ha sido un pulso entre el PSOE y el PSC y han triunfado los de la meseta. La última medida para doblarle el pulso a Montilla ha sido la dimisión filtrada de Fernández Segura
Apuntemos al grupo Polanco y en especial a Cinco Días el éxito de la exclusiva periodística. El secretario general de la Energía, Antonio Fernández Segura presentaba su dimisión al ministro Montilla, días antes de la decisión de la Confederación Nacional de la Energía (CNE) y un mes antes de que Montilla abandone el ministerio para presentarse como candidato del PSC a las elecciones catalanas.
En definitiva, la dimisión de Segura no es más que una bofetada de Presidencia del Gobierno a su ministro de Industria para que abandone sus posiciones numantinas y en definitiva, su obsesión por vetar la OPA de E.ON sobre Endesa. No olvidemos que Fernández Segura es un socialista de probada obediencia al PSOE pero que nada tiene que ver con los socialistas catalanes del PSC.
Tampoco conviene exagerar las declaraciones del Zapatero al Times británico, donde se daba a entender que el su Gobierno defendería la españolidad de Endesa de la misma manera que el Gobierno de Berlín defiende, con muchos subterfugios una E.ON alemana. Y lo mismo puede decirse de las declaraciones realizadas el pasado viernes por la vicepresidenta primera Fernández de la Vega: otra baladronada más cuando hablaba de reciprocidad. Eso, si la vicepresidenta sabía de lo que estaba hablando realmente, porque el concepto de reciprocidad no es el que está en juego aquí.
Pero había que doblarle el pulso a Montilla, el hombre que manda en la CNE y que estaba empeñado en vetar a E.ON y que Endesa se troceara entre Gas Natural e Iberdrola.
Fernández Segura ha sido el encargado de abofetear a su superior, porque lo de presentar una dimisión lo de menos es que se ejecute, basta con filtrarla a la prensa- días antes de las vacaciones y un mes antes de que el ministro se marche a Cataluña, y sea sustituido por otro que, a su vez, nombra su propio equipo, son ganas de molestar.
Pero Zapatero, siempre dispuesto a abofetear al Partido Popular, a la Iglesia o a cualquier institución española que se atreva a enfrentársele, no es capaz de sostenerle la mirada a Europa en general, ni a la canciller alemana en particular. Así, todo apunta a un vergonzante troceo de Endesa, la primera eléctrica española que acabará en manos de E.ON, de Gas Natural y de Iberdrola si es que no hay que añadir a Unión Fenosa y a Gas Natural-. Al final la historia podría titularse: a las sinergias por la fisión.
Seguramente, todo este proceso que comenzara el cinco de septiembre de 2005 es lo que Zapatero llamaba la consecución de campeones nacionales.
Ahora la única solución para preservar Endesa sería que los accionistas de la empresa rechazaran las dos opas en juego, algo muy complicado, dado que los fondos de alto riesgo han entrado en el accionariado como las moscas en la miel. El proceso especulativo generado por todas las ambiciones en juego, españolas y alemanas ha provocado que muchos de estos fondos se hayan pillado los dedos y estén deseando salir en cuanto vean la menor oportunidad.