Me lo comenta un antiguo director de ABC. Cuando Guillermo Luca de Tena, presidente de Prensa Española -entonces se llamaba así- te enviaba un artículo de algún amigo para publicar lo hacía con la siguiente nota: Mi amigo me envía este artículo. Naturalmente, juzgue usted si tiene la calidad necesaria para ser publicado en ABC. Y, me comenta el colega, lo mejor era que no se enfadara conmigo si decidía no publicarlo.

También aseguraba que nunca pondría límites a lo que se pagara por la página 3 del diario.

El ahora fallecido Guillermo Luca de Tena es uno de los últimos editores para los que la calidad del producto era tan importante como la cuenta de resultados y para los que el medio no era un medio de poder sino un fin en sí mismo. En pocas palabras, era un editor que creía en el trabajo periodístico. Existen otros ejemplos pero, ahora mismo, quizás debido al Alzheimer, no se me ocurre ninguno.

Bromas aparte, la opción de don Guillermo encuentra muchos problemas en una prensa agónica. El actual consejero delegado de Vocento, José Manuel Vargas, primer ejecutivo del Grupo, tiene algo de Luca de Tena. Sí, son muy distintos, pero también Vargas ha preferido hacer un buen producto en plena crisis. Probablemente no le salga, y, como ya hemos informado, ya le están buscando sucesor. En cualquier caso, espero que el esquema Luca de Tena y, en parte, el de Vargas, se mantenga en pie. Porque, últimamente, los buenos editores parecen dinosaurios en trance de extinción.

Eulogio López

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