Las ampliaciones de capital, en entredicho. Los bancos son los que más sufren la caída. El Santander pierde un tercio de su valor e Iberdrola supera al BBVA. Telefónica, la que mejor mantiene el tirón.
Está de moda atacar a España, a pesar de que nuestro déficit y nuestra deuda pública soporta muy bien la comparación con los países clave de la Unión Europea. Sin embargo, el Ibex se despeña a mayor velocidad que el Eurostoxx, especialmente en el segmento bancario. El Santander ha caído desde la línea de los 90.000 hasta los 60.000 millones de dólares. El BBVA vale ahora menos que Iberdrola, que también ha caído lo suyo (28.000 frente a 29.000 millones de euros). Popular se compra por 5.400 millones de euros, Sabadell vale 3.800, Banesto 4.300 y Bankinter 1.900. Verdaderas gangas. Las constructoras baten mínimos y sólo Telefónica sufre una caída más liviana (77.000 millones) pero caída a la postre.
Lo más importante es que la caída de la bolsa española es superior a la de las bolsas europeas y a la de Wall Street. Digamos que estamos ante una España opable. Y lo que es más preocupante de todo: las ampliaciones de capital para afrontar nuevas inversiones -creación de empleo- están muertas.
Capitalizaciones que no concuerdan con los resultados, pues el beneficio de ese año, al menos durante los nueve primeros meses del año, se ha mantenido o ha sufrido descensos ligeros. Por tanto, lo que está desprestigiado es el Reino de España. Precisamente ahora, cuando Alemania se ha dado cuenta de que su obsesión por los rescates financieros se ha topado con una España más grande que Grecia, Irlanda y Portugal juntas, lo cual puede resultar dramático.
Eulogio López
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