Tanto bancos como cajas llevaban presionando al Banco de España para que suavizara una regulación superestricta que minoró los beneficios, pero no evitó la locura crediticia. Hace un mes, el subgobernador del Banco de España, José María Aríztegui, reconoció que el sistema de provisiones estaba en revisión, pero también advirtió que el resultado sería razonable y prudente.
Pues bien, el resultado final es que se recorta en un 50% las exigencias de provisión hipotecaria. A cambio, se elevan las exigencias de provisión por créditos al consumo. Porque aquí si que el quebranto para la entidad es del 10%. Además, todos los expertos coinciden en afirmar que la regulación debe ser anticíclica, es decir, más suave en los momentos difíciles y estricta en los momentos de bonanza. Está bien que Europa haya emulado a España en las provisiones estadísticas. Pero también está bien que el Banco de España haya aflojado sus exigencias en materia de provisiones.
El resultado final es que los bancos tendrán mayores beneficios por un mero ejercicio contable. Es el enésimo favor del Gobierno -está vez por el 'independiente' Banco de España- a las entidades financieras para que de una vez se recupere el crédito y se apuntale la recuperación.