Me ha encantado el reportaje del diario Expansión sobre los nuevos medios periodísticos y la credibilidad de los medios informativos, al rebufo de la intervención en el Comisión Parlamentaria sobre el 11-M de la portavoz de la Asociación de Víctimas y Afectados por el 11-M, Pilar Manjón.

Por cierto, el dolor obliga a la solidaridad pero no al acatamiento. Lo digo porque en el impactante discurso de Manjón, sin duda digno de alabanza, hay puntos cuando menos discutibles. Me refiero a dos. La bronca de Manjón a los medios informativos es por la emisión de imágenes, no de relatos, sobre las víctimas. Es cierto que hay que tener cuidado, porque las víctimas también tienen derecho a su intimidad. Ahora bien, ¿cuál es la alternativa? ¿No emitir ningún tipo de imágenes sobre un atentado terrorista? ¿Seguro? En verdad no conozco la respuesta, pero ocultar la realidad nunca me ha parecido buen camino para solucionar nada.

Por otra parte, Pilar Manjón se queja de la actitud de políticos y periodistas... mucho más y con más ahínco que de los propios asesinos de su hijo. He hablado ya demasiadas veces del Síndrome de Estocolmo que atenaza a los españoles desde el 11-M. Mejor no insistir en ello. Simplemente, se lo aseguro : a los 192 asesinados no les mató Aznar. La Comisión de Investigación del 11-M ha servido para lo que sirven todas las comisiones: para nada. Inutilidad que se convierte en vergonzosa cuando nadie se preocupa de las víctimas, que en eso Manjón anda sobrada de razón.

Pero Expansión une el 11-M, el observatorio sobre credibilidad periodística de Gallup y el nuevo periodismo de Internet, en una sola pieza. Y eso, cuando menos resulta peligroso. Es decir, los weblogs de Internet, o lo que es lo mismo, el periodismo independiente de la Red, es el fantasma que revolotea todo el reportaje, pero los entrevistados son... los responsables del periodismo tradicional: Daniel Gabela (SER), Zarzalejos (Vocento), Casimiro García Abadillo (El Mundo), Juan Pedro Valentín (Tele 5), etc. Las conclusiones de tan curtidos monstruos del periodismo es la misma: que los medios tradicionales tienen credibilidad y rigor y los nuevos medios no tienen ninguna. Ahora bien, si el nuevo periodismo de Internet no tiene rigor ni credibilidad alguna, si jugara frívolamente con el rumor, ¿por qué les preocupa tanto?

Otra reacción muy habitual en los señores del periodismo es la que podríamos resumir así: a los pecadores sólo les encanta hablar de ética. De esta forma, los monstruos del periodismo entrevistados se dan golpes de pecho sobre su falta de credibilidad sin que ninguno de ellos acierte con la clave de esa desconfianza del público hacia la prensa, que es tan enorme como evidente: simplemente, las empresas informativas se han hecho poderosas, mueven grandes sumas ingentes de dinero, son multinacionales, y todo ello les hace tener más servidumbres. No sirven al poder económico o político : ellos mismos son el poder económico y político, aunque siguen necesitando a los Gobiernos para que les otorguen una licencia y a los grandes anunciantes para que mantengan sus elevadísimos cargos. Hay que recordar otra vez lo de, cómo no, Chesterton: que no, que no hay diferencia entre medios tradicionales y medios de Internet por el hecho de serlo. La diferencia en la sociedad moderna no está entre la izquierda y la derecha, entre el capitalismo y el socialismo, sino entre lo grande y lo pequeño : esa es la frontera. Los grandes multimedia no están ni a un lado ni a otro de ninguna trinchera ideológica. Están todos en el mismo lado, por la sencilla razón de que son grandes y tienen los mismos intereses que tienen todos los grandes: controlar a los pequeños. Pactar con tus iguales y controlar al resto. El mencionado Chesterton habla de imponer impuestos abusivos y aniquiladores a toda aquella empresa que comenzara a crecer demasiado, simplemente para que no creciera. Si esto se hubiera aplicado al periodismo, la credibilidad de los medios sería mucho mayor.

¿Qué tienen las weblog? ¿Por qué tanta obsesión con este periodismo de microempresa que utiliza Internet simplemente porque poner en marcha una página electrónica es mucho más barata que publicar un periódico en papel? Pues lo único que le diferencia de la CNN, de Le Monde o de Tele 5 es que es pequeño. Por eso, es más independiente, no menos, y por eso, también (cada vez que escribo esto me gano la bronca de mis colegas de los confidenciales y demás medios digitales), puede incurrir en más fallos. No porque obedezca a intereses espurios, ajenos al lector (eso es cosa de las grandes firmas), sino porque es un periodismo de batalla, con menos medios humanos que las grandes firmas. Mucho más valiente y diferenciado, pero puede errar más. En el periodismo pequeño se leen más verdades que en el grande, aunque puedan leerse también más gazapos. En el periodismo grande simplemente se miente, especialmente a través del silencio. Eso sí, sus mentiras suelen ser tremendamente rigurosas. Crea a un veterano : el periodista sólo es libre en los medios pequeños.

Por cierto, los gurús del periodismo español hablan de que para triunfar ante un público exigente (¿es más exigente el público actual de los medios que el de hace 100 años? Me temo que no : el pobre está mareado por exceso de información) hay que diferenciarse. Al parecer, este es el concepto clave. Y creo que tiene toda la razón. Si algo falta hoy en día es información diferenciada. Es más, el pluralismo informativo que supuestamente existe en Occidente es una gran falacia. Todos los medios, independientemente de sus batallas coyunturales tienen el mismo ideario políticamente correcto. También por esto Internet les fastidia tanto, porque marca una cierta diferencia. En Internet está lo mejor y lo peor. Pero, en cualquier caso, no se engañen: en la sociedad actual, y por tanto en el periodismo actual, lo único políticamente incorrecto es el viejo Cristianismo.

Eulogio Lopez