Sr. Director:

El proyecto de ley para legalizar el matrimonio homosexual, que próximamente se debatirá en el Parlamento, abre el camino a la legalización de la poligamia, la poliandria, la zoofilia, el incesto, las uniones de varios hombres con varias mujeres, etc.; y pone de manifiesto posturas dictatoriales y antidemocráticas no acordes con el pretendido talante dialogante del Sr. Zapatero.

El Gobierno no atiende el dictamen del CGPJ, la posible inconstitucionalidad del proyecto, las exigencias más que evidentes de la Ley Natural, la experiencia histórica, la opinión de los expertos, la protesta de millones de ciudadanos, el bien de la familia y de la sociedad. 

Una constante del debate en España sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo ha sido la manipulación y el uso de estadísticas falsas para justificar su necesidad. Las cifras dadas por el Gobierno son falsas cuando afirman que los homosexuales constituyen el 10% de la población. La realidad, sin embargo, es que los datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística indican que de 11 millones de unidades familiares aproximadamente existentes en España, sólo 10.400 están formadas por parejas homosexuales,  es decir un mero 0,09% del total.

La diferencia entre los datos es tan fuerte -de un 10% pretendido/inventado a menos de un 0,10% estadísticamente real-, que no puede justificarse sino por pura intención manipulativa, técnica ya empleada en ocasiones anteriores como en el debate del divorcio o del aborto, donde las cifras argumentadas, que ya se sabían falsas, quedaron ridiculizadas por la realidad de la estadística posterior.

El Gobierno miente al afirmar que es una masiva demanda social; manipula cuando dice que es para ampliar las libertades; falsea o ignora la realidad y el rigor estadísticos; viola o menosprecia, por agravio comparativo, los derechos de una mayoría de millones de matrimonios normales heterosexuales para satisfacer a minorías no significativas; atenta contra los derechos de los niños que puedan ser objeto de adopción por estas parejas, perjudica el normal desarrollo del tejido social.

El argumento socialista de que cumple sus compromisos electorales no tiene rigor ni convence a nadie. No se puede regular de manera idéntica realidades radicalmente distintas. Porque el matrimonio y la familia -y como tal, sólo de hombre y mujer- ha sido, es y será la mayor riqueza social, la institución más valorada por los españoles, el mejor centro asistencial para las personas minusválidas, limitadas, enfermas o en paro, la imprescindible ayuda para educar la afectividad, la honradez, el sacrificio, la solidaridad y la estabilidad. ¿Cómo pueden estar tan ciegos nuestros gobernantes? ¿O quizás es que no es ceguera? ¿A quien se pretende servir con estos proyectos? ¿Tiene el Gobierno del Sr. Zapatero alguna deuda o servidumbre que le obligue a proponer estas mal llamadas reformas?

Una arbitrariedad legislativa como el matrimonio homosexual abre el paso, por similitud en su argumentación, a la posible legalización de la poligamia y de la poliandria, o de la zoofilia, el incesto y otros experimentos, porque ¿no son dignos de respeto los ciudadanos que quieran tener un harén? ¿O las mujeres que quieran tener varios maridos? ¿O los hombres que desean jóvenes efebos...? ¿POR QUÉ LIMITAR SUS LIBERTADES?

Sr. Zapater No son estas reformas legislativas las que en materia social reclama la mayoría del electorado -del PSOE y no del PSOE-. La efectiva y justa protección a la familia y al matrimonio, la posibilidad de acceso a un mercado de trabajo digno y mínimamente estable, el derecho efectivo a la vivienda y a unas condiciones de vida en seguridad ciudadana son áreas, como tantas otras, que solo reciben un tratamiento prioritario en la demagogia captadora del voto antes de unas elecciones. Después, ganadas, se presentan proyectos legislativos para satisfacer los pretendidos y mal llamados derechos de grupos de presión minoritarios sin atender a lo que justamente necesita y reclama la sociedad. Y eso constituye un fraude electoral, político y social. 

PROFAM hace una llamada a las familias, a los ciudadanos, a los parlamentarios y a toda la sociedad, para que se opongan, con todos los medios legales a su alcance, a los desmanes, arbitrariedades y despropósitos del Gobierno de construir un nuevo orden social en el que prevalezca un modelo cultural laicista, ateo y materialista, inspirado en los fracasados sofismas de los siglos XIX y XX, contrario al bien del hombre y de los ciudadanos en su conjunto.

Algunos resultados de este modelo ya los estamos sufriend relativización del derecho a la vida, dictadura de los medios de comunicación, persecución de las libertades y derechos ciudadanos reconocidos en la Constitución, marginación de las instituciones que se les oponen, fomento de la inmoralidad a todos los niveles, burla y acoso de quienes defienden principios éticos, etc.

PROFAM

profam@wanadoo.es