El Ministerio de los líos se ha convertido en una pesadilla para el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. El senador del PP, José Manuel García Ballesteros, ha llegado a pedir la dimisión de la ministra de Vivienda, María Antonia Trujillo, por el cúmulo de errores que ha propiciado una desconfianza entre las promotoras y las inmobiliarias. En su opinión, parte de la explicación de la ralentización del sector se debe a la pérdida de seguridad jurídica.
Mientras tanto, el Senado daba luz verde a una moción aprobada por todos los grupos parlamentarios para que todo el suelo público se pusiera a disposición de Vivienda para la construcción de casas de protección oficial (VPO). El Senado ha ido más lejos y no sólo solicita el suelo de RENFE y Defensa, sino todo el suelo público disponible.
Pero ahora la ministra del ramo dice que el problema de la vivienda no es de falta de suelo. A algunos no es que el sillón les quede grande, sino que navegan en él. Menuda patada hacia arriba se nos ha marcado el presidente extremeño Rodríguez Ibarra retando peligrosamente el principio de Peters. Ya saben: Uno promociona hasta su nivel de incompetencia. Más, mucho más, que diría el extremeño.