Tras nueve días desde los enfrentamientos en la manifestación anti-Papa, Antonio Camacho critica la acción de las Fuerzas de Seguridad del Estado

 

Han tenido que pasar nueve días para que el ministro del Interior, Antonio Camacho, haya comparecido para hablar de lo sucedido en la manifestación anti-Papa. Eso sí, no lo ha hecho en una declaración ante el Parlamento o en una rueda de prensa. Ha preferido escoger un ágora más propicia, como son los micrófonos de la Cadena Ser.

Aunque ha querido desmarcar los hechos por los que se ha abierto expediente a tres agentes y ha hecho un llamamiento a valorar "el esfuerzo que han hecho" durante la semana que duró la JMJ, lo cierto es que con sus palabras, el ministro ha desacreditado a los agentes, pese a que a su vez, considera que la Policía, muy justamente, ha cambiado su forma de actuar contra determinadas personas del 15-M por la aparición de grupos radicales entre sus filas.

También es curioso que una de las razones que utiliza para justificar los expedientes es que se debieron a "comportamientos que repelen a los ciudadanos". Porque si uno se pasea por foros de Internet encuentra que mucha gente no sólo no repele la acción de la Policía, sino que la aplaude, teniendo en cuenta las humillaciones y vejaciones que recibieron los agentes por parte de muchos manifestantes de la marcha anti-Papa. Pero además, desde cuando las acciones buenas o malas dependen de que repelan o no a la gente. Por esa regla de tres, a lo mejor habría que recuperar la pena de muerte, pues en determinados casos a la gente no le repele que se aplique.

Lo que está claro es que tras nueve días de retraso la intervención del ministro podía haber esperado más.

Andrés Velázquez

andres@hispanidad.com