Tras la reorganización de la administración General del Estado de abril se acordó que la reorganización de Exteriores llegaría en una segunda fase para no afectar a la presidencia española. Una vez acabada la presidencia española, llega la tijera, como estaba anunciado. Por mucho que el Gobierno lo enmarque en el plan de austeridad, el recorte tiene un componente de reajuste de poderes. En realidad hablamos de un ahorro de tan sólo 2 millones de euros. El chocolate del loro. Un valor pedagógico dicen desde Moncloa.
Por ejemplo, López Garrido, que ni se habla con el ministro Moratinos, es indultado. Además, desaparece la secretaría de Estado de Iberoamérica, ese invento de Zapatero para la Trini que nunca tuvo contenido político. Una mala apuesta porque Hispanoamérica es nuestra expansión natural.
Pero mirando con detalle resulta que nos encontramos con cosas curiosas. Por ejemplo, desaparece la dirección general de Asuntos Estratégicos y Terrorismo, que hasta ahora llevaba Carmen Buján Freire. ¿Será que para el Ejecutivo la coordinación internacional en la lucha antiterrorista ha dejado de tener importancia?