El ministro de Fomento, José Blanco -al que ya se le conoce como ministro de Guardia-, ha hecho pública la amenaza privada del Ejecutivo Zapatero: subir los impuestos, a pesar de que la presión fiscal ha subido con el zapaterismo hasta situarnos en la media de Eurolandia con salarios más bajos que los de Eurolandia.
Naturalmente, Blanco ha utilizado la demagogia a la que es tan propicio y ha asegurado que de subir los impuestos se les subiría a los ricos, algo que, según él, la sociedad española entenderá muy bien.
La verdad es que lo único que ha hecho ha sido explicitar en voz alta el secreto a voces en los mentideros madrileños. Eso sí, lo ha hecho a su modo. Porque, ¿de qué impuestos estamos hablando? ¿Del impuesto de sociedades, del impuestos sobre el ahorro, de la escala del IRPF, del IVA para artículos de lujo?
En cualquier caso, subir los impuestos en un Occidente que sufre una enorme presión fiscal, es a lo que no se ha atrevido ningún líder europeo, ni de izquierdas ni de derechas. Tampoco Barack Obama en Estados Unidos. Pero ZP es diferente.