- Pero la Dirección no quiere fichar: le sobran más de 300 pilotos en la matriz.
- Y, de paso, el nuevo texto montalvino condena a muerte a Iberia Express: la compañía no puede fichar a nadie para IE porque cobrarían como en Iberia.
- Todo esto aboca a una segunda judicialización.
- Y encima, el plan de saneamiento se puede ir al garete, porque el personal de tierra no va aceptar los privilegios de los pilotos.
- El problema de Iberia sigue siendo el mismo: sus pilotos cobran más y trabajan menos que sus pares.
El segundo laudo de Jaime Montalvo (en la imagen) sobre Iberia, tras la anulación del primero por los tribunales, debido a defectos de forma, puede suponer la puntilla para la compañía.
El árbitro no era aceptado por la Dirección de Iberia, quien consideraba que estaba "contaminado". Empecinado por las críticas de la compañía, Jaime Montalvo ha aplicado el famoso dicho: "¿No querías caldo? Toma dos tazas". Subsanados los defectos de forma, Montalvo ha utilizado su segundo laudo para un 'plus ultra' que deja a la compañía en el alero.
Veamos: en primer lugar, el nuevo laudo consagra el escalafón único de Iberia. ¿Esto qué quiere decir? Quiere decir que los copilotos de Iberia (corto y medio radio, que cuestan 194.000 euros anuales) podrán ascender a comandantes de Iberia Express con 20.000 euros más. Es decir, que saldrán por 214.000 euros anuales de coste laboral… cuando un comandante de Iberia Express sale por 80.000.
En otras palabras, el señor Montalvo se ha cargado Iberia Express y mantiene los privilegios de los pilotos del SEPLA (perdón SEPLA-Iberia, con Justo Peral como jefe).
Eso sí, como presunta contrapartida, Montalvo, quien insiste en decirle a la compañía cuánto debe pagar y a quién, le permite a la Dirección de Iberia contratar nuevos pilotos con un 40% de salario menos. Estupendo, muchacho, sólo que la Dirección asegura que sobran 300 de los 500 pilotos de la Iberia actual, por lo que no tiene ningún interés en fichar a nadie. Eso sí, ficharía a gusto a más pilotos de Iberia Express, pero el re-laudo de Montalvo se carga esta posibilidad y condena a IE a ser una compañía de 14 aviones. Compañía que, por cierto, es rentable, mientras Iberia es un saco de pérdidas con peligro serio de quiebra.
Pero lo más grave no es eso. Lo más grave es que Sánchez Lozano, Ceo de Iberia, había conseguido que los sindicatos de tierra, mucho más responsables que el SEPLA, a pesar de que el plan de la Dirección es durísimo, y supone el despido de 4.500 trabajadores, casi la cuarta parte de la plantilla, aceptaran sentarse a negociar una reducción de costes, aunque suponga profundas rebajas de salarios, movilidad funcional y, sin duda, reducción de plantilla.
Pues bien, ¿qué van a pensar ahora los sindicatos del personal de tierra, que nunca han masacrado a la compañía con huelgas, si ahora ven cómo a los pilotos se les mantienen sus privilegios por vía arbitral mientras a ellos se les exige un esfuerzo titánico?
Montalvo, ya en plan provocador, asegura que los pilotos están muy contentos con su laudo. Yo también lo estaría, desde luego.
Y ahora le toca el turno a la ministra de Fomento, Ana Pastor. Al decretar un laudo y nombrar un árbitro abrió la caja de Pandora. Luego, cuando se presentó el plan de saneamiento presionó a la Dirección para se cerraran menos rutas y evitar los paros. Y eso, hacía bien. Desde luego, con lo que cobran los pilotos de Iberia (coste laboral unitario medio de 203.000 euros al año), costes salariales perpetuados por el nuevo laudo del señor Montalvo, el plan de saneamiento y la jibarización de Iberia aún deberá acentuarse más.
La señora Ana Pastor a lo mejor ha aprendido ahora que el Gobierno no debe inmiscuirse en la gestión de una compañía privada. Defender la operatividad de la que fuera aerolínea de bandera española sí, pero no entrometerse en su gestión hasta el punto de mantener los privilegios de unos privilegiados, los pilotos de la matriz, que cobran más y trabajan menos que sus pares, pilotos de British Airways incluidos.
En resumen, el fantasma del concurso de acreedores es ahora más real que nunca.
Miriam Prat
miriam@hispanidad.com