Sr. Director:
Estos días se está restaurando la tumba de uno de los reyes más importantes de la historia de España, Pedro III de Aragón, enterrado en Tarragona y con estupefacción veo cómo el nacionalismo catalán vuelve a falsificar la historia a su antojo.

 

El Consejero catalán de Cultura habla de una inexistente "Corona catalano-aragonesa" cuando lo único que existió fue la Corona de Aragón, así, a secas. Dentro de ella, junto con otros muchos territorios, estaba a partir de una unión matrimonial, el condado de Barcelona, nunca de Cataluña, que en aquella época ni siquiera existía.

Además el rey enterrado no es un supuesto "Pere II" del que habla el Conseller, sino Pedro III, por cierto, orgulloso como su padre, Jaime I, de ser español y defender "el honor de España", algo que el Consejero catalán se ha cuidado bien de ocultar en su biografía.

María Sánchez Reyes