• El presidente de la Generalitat abrevió el saludo del Monarca y le 'empujó' hacia Feijóo.
  • De esta manera, cometió una falta de protocolo imperdonable. Es el Rey quien marca los tiempos.
  • El Soberano y el Príncipe, como hicieron en la cuarta conferencia en 2009, desayunaron con los presidentes de las Comunidades Autonómicas.
  • En las ediciones de 2004 y 2005, además, tuvo lugar un almuerzo que no ha vuelto a celebrarse.
  • Artur Mas se hace el duro pero, a instancias de Fainé, está pactando con el Gobierno un acuerdo fiscal que implicará un concierto económico similar al de Navarra y Euskadi.
  • Pero CIU exige que no se visualice el acuerdo con el PP hasta pasadas las elecciones del 25N.

La Monarquía, representada en las figuras del Rey Juan Carlos y el Príncipe Felipe, ha tenido, como en ocasiones, un papel relevante en la Conferencia de Presidentes Autonómicos, la quinta que se celebra desde el año 2004. Su presencia es imprescindible para simbolizar la unidad de España, por ello es importante el saludo del Monarca a los presidentes de las Comunidades Autónomas. Entre otros, Patxi López, Fabra y Feijóo, que se han mostrado encantadores con él.

Es difícil sustraerse a la campechanería borbónica del Rey, incluso para Artur Mas, que empezaba a sonreír demasiado mientras el Rey le hablaba, y para evitar fotos incómodas, le ha empujado levemente con el brazo, como quien hace una casi imperceptible caricia en el brazo, para que pasara a hablar con el siguiente, el presidente de la Xunta, Núñez Feijoo.

El detalle pasaría desapercibido si no fuera porque al Rey no se le soba. Además, al Monarca de España no se le marcan los tiempos, y el gesto disfrazado de caricia es una falta de educación impropia de un exalumno del Liceo francés de Cataluña como Artur Mas, que cursó estudios en el mismo centro donde ahora lo hacen los nietos barceloneses del Rey.

Otro hecho que ha sorprendido es el lugar privilegiado que han ocupado en la mesa los representantes de las autonomías denominadas como 'históricas'. El presidente gallego, el catálán y el lehendakari han ocupado la zona de presidencia, junto a Soraya Sáenz de Santamaría, cuando en otras ocasiones el lugar privilegiado lo ocupaban las autonomías más pobladas como Madrid. Semejante honor, mediante el cual se pretendía recalcar claramente la unidad de España, no ha evitado que Artur Mas hiciera un evidente gesto de disgusto cuando la vicepresidenta le ha pasado el documento de trabajo que ha entregado a todos los asistentes.

Artur Mas se hace el duro, pero lo cierto es que según ha podido saber Hispanidad, tanto Rajoy como Mas, siguiendo los consejos de Isidro Fainé, han aceptado dialogar. De hecho, el acuerdo consiste en que Mas baje el tono independentista durante la campaña electoral y modere sus posiciones a cambio de un concierto económico similar al que tienen la Comunidad Foral Navarra y Euskadi.

Por su parte, CIU ha exigido al PP que no se haga público el acuerdo hasta pasadas las elecciones del 25N. Ello le permitiría seguir jugando el papel de rebelde con causa ante su electorado. Menos mal que el Rey y el Príncipe no han celebrado, como se hizo en dos ocasiones anteriores, un almuerzo con los presidentes.

Sara Olivo
sara@hispanidad.com