Declan Ganley, es un irlandés que quiere presentar 27 candidaturas, en los 27 países miembros de la Unión Europea, bajo a la denominación Libertas, a las elecciones parlamentarias del próximo 7 de junio.

Un personaje singular, del que se conoce muy poco -especialmente de dónde saca el dinero- pero que no sólo resulta equívoco por su origen sino, sobre todo, por sus ideas. La ideología del señor Ganley es un verdadero misterio. Por ejemplo, cuando se entrevista con un grupo católico siempre se despide con prontitud asegurando que no llega a misa, pero, al mismo tiempo, cuando sus segundos descienden a discutir el programa electoral -por ejemplo, en España- aseguran que lo que menos les importa en esa vida son los Valores No Negociables de Benedicto XVI: vida, familia, Libertad de Enseñanza y Bien Común. Es más, los chicos de Ganley gustan insultar a los defensores de dichos principios, y les tildan de intolerantes o de guardianes del templo.

Buena prueba de ello es que Alternativa Española (AES) que sí defiende los principios no negociables rompió las negociaciones con Libertas, al igual que lo hizo la Plataforma por los Valores No Negociables, que tampoco confía en la sinceridad del señor Ganley.

Buena prueba de la macedonia mental en la que se desenvuelve Libertas es la lista definitiva, encabezada por el ex director general de la ONCE, Miguel Durán, seguido por un miembro de Ciudadanos -lo que, a su vez, ha provocado una crisis en Ciudadanos- y el choteo de colocar en sexto lugar -sí, en sexto- a Jesús Poveda, icono de la lucha contra el aborto en España. Lo de Poveda es la parte más lamentable del asunto, dado que Libertas le está utilizando como coartada y engaño para el votante católico, que así verá a Libertas como defensores de la vida desde la concepción hasta la muerte, lo que está muy lejos de ser.

De Miguel Durán nadie sabe lo que piensa, y algunos días tampoco Miguel Durán, que se engaña a sí mismo con especial entusiasmo. Ciudadanos es una plataforma entusiasta del aborto, el gaymonio, etc. También está el socialista Balbás -sí, el del Tamazayo- y se pretendió fichar al comunista Julio Anguita. Eso sí, todos están contra del déficit democrático europeo, loable objetivo, sin duda, pero que firmaría Rajoy, Zapatero, Cayo Lara, Artur Mas, José Erkoreka, Rosa Díez e incluso Rubalcaba.

Ahora viene la segunda parte. Federico Jiménez Losantos, aprovechando su actual apalancamiento en la COPE arremetía en la mañana del lunes contra Libertas, por dos razones igualmente importantes:

1. Rompía Ciudadanos, algo sin duda, muy importante para el devenir de la Iglesia. Como a todo mito, a Jiménez se le oye pero no se le escucha. Quiero decir que no interpreto al locutor de la Mañana, sólo le transcribo: él mismo ha dicho que Ciudadanos no se puede romper.

2. En las listas de Libertas, figuran grupos católicos de extrema derecha. Como ya advertimos en este mismo número, para Jiménez un católico de extrema derecha es cualquier católico, especialmente si, además, es un meapilas que defiende la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural. Y esto, eructado en los micrófonos de la COPE, emisora confesional propiedad de los obispos españoles.

Así que ya lo saben. Es evidente que un católico no puede votar a aquellos grupos políticos que, como el PSOE o el Partido Popular, negocian con los no-negociables. Tampoco a Libertas, que hace lo mismo pero por otras vías (y que, además, será un fracaso, se admiten apuestas). Por ahora, los dos únicos grupos políticos que defienden los valores no-negociables, son Familia y Vida y Alternativa Española. Y esta segunda sí puede tener su chance, en las europeas, por cuanto acude aliada con el partido Conservador Británico, que pretende un grupo propio en el Parlamento de Estrasburgo. Es precisamente AES quien ahora preocupa al Partido Popular y a quien Federico, El Mundo, ABC y La Razón castigan con el silencio.  

Seguiremos informando.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com