Desde la Asociación Plaza del Castillo (ATR Navarra), de Usuarios de Medios de Comunicación, Telespectadores y Radioyentes enviamos esta carta al Presidente del Gobierno de la Nación.
En el comienzo de su mandato deseamos hacerle llegar sin preámbulos, de forma explícita y concreta, el sentir de muchos conciudadanos españoles ante algunos aspectos fundamentales de la relación Medios de Comunicación- Sociedad desde el punto de vista de las organizaciones de usuarios de medios, telespectadores y radioyentes.
La brevedad forzosa del texto nos hace dejar para una próxima ocasión el tratamiento de múltiples temas tan importantes como los tratados hoy aquí.
Es tan apremiante tomar medidas ante el sistemático incumplimiento de la normativa española y comunitaria en materia de comunicación y más concretamente en lo que se refiere a la protección de los menores, que estamos viendo cada día la firme determinación de ciudadanos españoles (decenas de miles), ante algunas marcas que se vienen anunciando en programas de contenidos agresivos y problemáticos. Tal posicionamiento se ha manifestado con gran contundencia, desconcertando a las propias marcas y por supuesto a las cadenas. Nos consta que el hartazgo es tal, que a nada que salte una chispa el incendio puede ser incontrolable. Máxime en temas relacionados, insistimos, con la protección de los menores, uno de los aspectos que más sensibiliza a la opinión. Sin desdeñar en absoluto, sino todo lo contrario, estimulando y apoyando el compromiso ciudadano, deben ser los responsables políticos elegidos democráticamente para ello, los que tienen que comprometerse legislando primero y haciendo cumplir la normativa después.
Fracaso de los mecanismos de control
En España existe abundante legislación que se incumple a diario, así como la normativa comunitaria europea de obligado cumplimiento, y los mecanismos que han pretendido resolver los problemas la pasada legislatura, viciados desde su creación, han fracasado estrepitosamente ya sean comisiones o ministerios, y además la sociedad debe saber que UTECA ( Unión de Televisiones Comerciales Asociadas), ha presionado con éxito y conseguido, (en nuestra opinión y a la vista de los hechos) ,que en España no se constituya en los últimos veinte años, una Autoridad Audiovisual como las existentes en todos los países democráticos y desarrollados del mundo. Se dice pronto. Mientras tanto gobernantes, oposición, judicatura, silencio absoluto o mejor y sobre todo: inoperancia absoluta. Sería imposible enumerar la cantidad de informes, estudios, foros, referencias en prensa digital o física, quejas en suma, provenientes de organizaciones sociales y de ciudadanos particulares, que corrobora una situación de claro abuso que dura décadas; sin embargo, apenas se ha intervenido desde el Ministerio de Industria el año pasado por ejemplo, ante tales desmanes que han ido por cierto "in crescendo". La situación de indefensión por lo tanto y a la vista de todo el mundo, explica perfectamente la rebelión de los espectadores. Es lugar común aceptar que una determinada forma de hacer televisión ha influido de forma nefasta en la cultura española contemporánea, muy especialmente entre las capas de población más desprotegidas, ante las cuales mostramos, desde nuestra constitución, los mayores desvelos.
Emitir televisión basura durante cuatro horas de cuatro a ocho de la tarde de lunes a viernes por parte de una cadena propiedad del Sr. Berlusconi es algo inimaginable en ningún otro país europeo. Y no para ahí. El Consejero Delegado de Mediaset España, Sr Vasile, burlándose de nuestras leyes, ha declarado literalmente: "la multa no se pagará" aludiendo a los 3,6 millones de euros, multa impuesta por la Comisión Nacional de la Competencia (CNC) a Telecinco, por "incumplir los compromisos que asumió al fusionarse con Cuatro".
Del llamado Código de Autorregulación que firmaron de muy mala gana las cadenas en 1993 y 2004, como si lo fueran a cumplir, mejor no hablar; la Comisión de Autorregulación Televisiva e Infancia al igual que Autocontrol de la Publicidad la conforman entre otros, las propias cadenas de televisión, razón más que suficiente para que carezca, en nuestra opinión, de credibilidad. Un ejemplo bien claro de la falta de control y de la indefensión de los usuarios lo evidencia nuestro último trabajo relacionado con la imagen subliminal en la publicidad.
Comparecencia ante el Senado de la nación
En nuestra reciente comparecencia en el Senado (18 de Octubre de 2011) formando parte del OCTA (Observatorio de Contenidos Televisivos y Audiovisuales), hemos podido presentar ante altos representantes del Tribunal Constitucional, del Tribunal Supremo, ante D. Javier Rojo, y D. Ramón Jáuregui entre otros responsables políticos, entre múltiples abusos, como algunos niños manifestaban que lo que menos les gusta de la televisión es la pornografía, muestra inequívoca de que pueden verla en abierto y apretando un botón desde sus propios hogares.
Y no solamente eso: los niños españoles, acceden a la publicidad de las mafias establecidas en España como gran paraíso de la prostitución, abriendo algunos ejemplares de la prensa escrita de teóricamente más prestigio, al revés de lo que ocurre en otros países europeos en que se lucha de mil formas contra la lacra de la prostitución, una de las mayores esclavitudes de nuestro tiempo.
Pedimos por todo ello, con la autoridad que nos confiere el hecho de trabajar desde nuestras organizaciones sin ánimo de lucro y voluntariamente por el cumplimiento de la normativa española y comunitaria vigentes, la creación de una autoridad audiovisual independiente y el ruego encarecido de que no permanezca impasible ante la situación en la que nos hallamos. Así como el posicionamiento rápido y contundente de su gobierno, ante un panorama en el que el abuso de poder ha sido y es moneda común.
Maribel Martínez Éder