Se aburría el ilustre ex ministro de Exteriores felipista, don Carlos Westendorp, en
Pues bien, dado que Solchaga se negaba a conformarse con el magro salario de embajador, Westendorp, antes que dormitar en la oposición a un Gobierno autonómico, ha decido emigrar. Tiene una ventaja: habla bastante bien el inglés. Ya se ha solicitado el placet. Otra cosa es que Washington tuerza el gesto. Por ahora, Zapatero ha logrado entrevistarse durante 7 minutos con George Bush. No está mal.