El exotismo de Egipto está presente en este filme que vuelve a incidir en la fascinación que provoca Oriente en algunos ciudadanos del Primer mundo.
Juliette, una editora de una revista femenina, viaja al Cairo para reunirse con su marido y pasar juntos las vacaciones. Pero las responsabilidades de trabajo de él lo impiden, por lo que el esposo avisa a un amigo de confianza del país para que haga compañía en su ausencia a Juliette.
Cairo Time juega, y lo hace con acierto, a sumergirnos en las costumbres y los sonidos de la ciudad egipcia, con un día a día muy sosegado en contraposición con la estresante vida en la que nos movemos los occidentales. Igualmente, a través de miradas y silencios, ofrece la afinidad que pueden poseer dos personas, de diferente sexo y cultura…
Todo ello se ve con agrado pero sin demasiado interés en este largometraje de ritmo lento donde no hay estridencias y que analiza algo tan sencillo como que "sentir no es consentir" en las relaciones personales.
Convencen Patricia Clarkson y el actor egipcio Alexander Sidding, sobre los que reposa todo el peso de la película. La presencia de la española Elena Anaya es puramente anecdótica…
Para: Los que les gusten los relatos de contraposición de culturas narrados de forma tranquila