Era cuestión de días. Benedicto XVI no se entendía con el anterior secretario de Estado, Angelo Sodano. No sólo eso, sino que el propio Sodano se permitía retar al Papa con gestos que no le satisfacían. Desde luego, el más feo y el que ha precipitado su salida es haber acogido a la vicepresidenta De la Vega con los brazos abiertos y la sonrisa puesta. Sodano permitió que se puenteara a la Conferencia Episcopal Española, señala una importante fuente vaticana a Hispanidad.com
Y como lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible, Sodano sale y Bertone entra. Los vaticanólogos señalan que su nombramiento es normal por tratarse de la cuota italiana, con mucho peso todavía en la curia vaticana. Papa alemán, secretario para la Doctrina de la Fe, norteamericano (Levada) y ahora tocaba italiano, señalan.
Más allá de los repartos de poder, el nombramiento de Bertone tiene una enorme importancia para la Iglesia española. El Gobierno ya no contará con la posibilidad de hacerle un by-pass a la Conferencia Episcopal y tanto Mons. Cañizares como Mons. Rouco se sentirán más seguros. Si este cambio se hubiera producido hace una semana, Rouco y Cañi habrían dado la batalla en la plenaria de los obispos españoles para conseguir una declaración fuerte a favor de España como un bien moral. Asentados los dos cardenales, ahora queda esperar mensajes mucho más contundentes.