La iniciativa parte del BIS y las nuevas exigencias de liquidez se sumarán al ya vigente coeficiente de caja (2%). Por si fuera poco, la Unión Europea pretende un tercer coeficiente de liquidez a largo plazo. Consecuencia: se reducirá el crédito a largo: hipotecas, inversión en infraestructuras, etc. Conclusión: para reforzar la solvencia bancaria se fastidia a las familias y a la industria

A iniciativa del Banco Internacional de Pagos de Basilea (BIS) pero el Banco de España está dispuesto a aplicarlo con urgencia en la banca española, para la que va a suponer un verdadero varapalo. Se trata del nuevo coeficiente de liquidez, que podríamos matizar... liquidez a corto.

A día de hoy, la exigencia a bancos y cajas es el coeficiente de caja o de reservas mínimas. Un coeficiente estático que consiste en depositar en el Banco Central Europeo el 2% de los depósitos. Así no sólo es un instrumento de liquidez sino de política monetaria. Se supone que es el remanente disponible ante una retirada brusca de depósitos por parte del público.

Pues bien, lo que se les va a imponer, y de forma inmediata, a los bancos y cajas de ahorros, españoles, y se supone que después a todo el sistema bancario occidental, es otro coeficiente móvil, con aplicación diaria.

Ahora bien, con la nueva guerra del pasivo y el vencimiento acelerado de emisiones realizadas por bancos y cajas de ahorros españoles, que están obligadas a refinanciar, todos saldrán al mercado.  Y encima, en pocas semanas tendrán que financiarse al 4%, con lo que se pueden ver asfixiados.

Así que el Banco de España va a aplicar el documento publicado por el BIS en diciembre donde se propone una nueva metodología para medir la liquidez. En resumen: cada día, todas las entidades tendrán que ajustar, para los próximos días, sus obligaciones con su liquidez. Un coeficiente móvil de renovación diaria y aplicación a un mes vista.

Conclusión evidente: bancos y cajas de ahorros se olvidarán del crédito a largo, como hipotecas o inversión en infraestructuras. Los más afectados son aquellos que hayan jugado a depósitos a plazo o a imposiciones a plazo fijo. Una política que, por ejemplo, han llevado Caixa, Caja Madrid y Popular, aunque se podrían citar más ejemplos. En cualquier caso, para afianzar la solvencia de la banca, se perjudicará a la economía real a todo aquel que quiera invertir o simplemente comprarse una casa.

Y el asunto no termina, no se queda ahí, se hincha. Recordemos que el coeficiente de liquidez a corto no sustituye sino que se suma al coeficiente de caja o de reservas mínimas. Pues bien, la Unión Europea, que no el Banco de España, intenta, además, colocar un coeficiente de liquidez a largo plazo, de cuyos pormenores aún no se sabe nada, pero la amenaza sigue en pié.

Este fin de semana ese reúne en España el ECOFIN -¿no recuerdan que presidimos la Unión Europea este semestre?- y los responsables de Economía hablarán de imponer una tasa bancaria para crear fondos de garantía de depósitos que se pueden utilizar ante una crisis financiera. Es decir, que con un poco de suerte podemos encontrarnos con que la banca tenga, además de una exigencia de provisiones, un seguro que pagar ante posibles crisis y tres coeficientes de liquidez que absorber. Es como si alguien estuviera empeñado en que la banca española entre en crisis y tenga que ser rescatada, oportunidad idónea para controlarla. Al menos la pequeña banca,  las cajas de ahorros. Pero esto sólo es una sospecha.

Miriam Prat

miriam@hispanidad.com