Es curioso cómo hay personas que sin duda responderían que defienden la vida y que no matarían a nadie pero caen en las garras del relativismo en cuanto se les pregunta por el aborto.
Hace unos días un pacifista y "perdona vidas" de todos justificaba el aborto comparándolo con la cigüeña, "este animal, decía, si después de la puesta ve que no va a poder criarlos tira los huevos del nido" y, sacaba conclusiones... Azarosas, se empeñan por apartarse de una línea de defensa que entidades comprometidas se ha esforzado por hacer comprender: la de la dignidad de la persona y su inherente derecho a la vida desde su concepción hasta la muerte natural.
Pero es que la concepción teológica de este derecho, la que consagra la Doctrina Social de la Iglesia, no es sino el reflejo del derecho natural que, aunque sea el más natural de los derechos, hoy, en nuestra sociedad, se empieza a convertir en una rareza.
Para defender ese derecho natural a la vida desde la concepción, derecho que también la Iglesia defiende y protege, se ha organizado una marcha para gritar "Sí a la vida" en más de 20 localidades españolas. Los actos centrales tendrán lugar en Madrid el sábado, 6 de abril, por la tarde.
Los organizadores se han apresurado a explicar que es una convocatoria apolítica y aconfesional, realmente lo es, porque los principios que se defienden pertenecen al conjunto de la humanidad. Y en esa llamada a todos están también los católicos, que defenderán desde la fe el don más preciado de Dios, la vida.
Pedro J. Piqueras Ibáñez