Los pequeños comercios cerraron por miedo a que los piquetes les rompieran las lunas: Sólo se necesita un tonto y una piedra Las amenazas de los piquetes convencitivos consiguieron que la convocatoria de huelga tuviera éxito en el pequeño comercio, que cerró sus puertas por miedo a que les rompieran las lunas o les agredieran, porque ya se sabe que para destrozarte el negocio sólo se necesita un tonto y una piedra. Además de locales, los piquetes han destrozado escaparates y roto lunas de taxis y de mensajería, así como furgonetas de reparto. Con ello, las dos centrales convocantes conseguían dañar al pequeño propietario el trabajador, o empresario, como quieran, más eficiente de todos.
Miriam Prat


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