Durante la tarde del sábado circularon los SMS denunciando que la Guardia Civil estaba parando a los autobuses que acudían de fuera de Madrid a la concentración convocada por el Foro Español de la Familia. Los SMS aconsejaban a los manifestantes que retiraran las pancartas alusivas a la concentración para que les dejaran entrar en la capital. Lo que de verdad ocurrió es que la Guardia civil desvío a algunos autobuses por carreteras alternativas porque los accesos a la ciudad se hicieron muy complicados en algunas carreteras. En otros casos lo que hubo fue un intento de escalonar las entradas para evitar las aglomeraciones. En resumen: no hubo animadversión por parte de la guardia civil, sino el cumplimiento del deber en pro del interés general y el orden público.
Por cierto, que entraron 461 autobuses controlados además de 20 ó 30 que entraron en la ciudad de manera descontrolada. Tanto la Avenida de Barcelona como el aparcamiento de emergencia en el Pº del Prado quedaron colapsados. En definitiva, un éxito que superó las expectativas de los organizadores. Ahora el reto está en gestionar las cifras.