Carlos Ocaña, director general de Funcas
La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, en su estreno ante los medios, previa a la reunión anual que el organismo internacional celebrará en Washington, ha sido eso, precisamente, cristalina. Ha anunciado que la economía mundial ha entrado en una fase de "desaceleración sincronizada" como consecuencia en parte de la paralización del comercio a raíz de las tensiones comerciales, cuyo impacto acumulado en la economía mundial podría suponer la pérdida de 700.000 millones de dólares (637.000 millones de euros) en 2020, el servicio de estudios de Funcas, ha realizado un fuerte ajuste a la baja de sus previsiones de crecimiento para la economía española. En sus previsiones para 2019-2021 recorta tres décimas la estimación para este año que no llega ni al 2% porque se queda en el 1,9%, y dice que la desaceleración se prolongará hasta el año 2020 año en el que el PIB crecerá un 1,5%, cinco décimas menos de lo esperado. Cae la aportación de la demanda interna aunque el empleo seguirá creciendo a pesar de que la economía lo hará a un ritmo inferior al 2%.
Carlos Ocaña, director general de Funcas y ex secretario de Estado de Hacienda del Gobierno de Rodríguez Zapatero, explicaba que la situación no es comparable a la de hace 10 años, pero necesitamos reformas.
Dice Funcas que cae la aportación de la demanda interna aunque el empleo seguirá creciendo a pesar de que la economía lo hará a un ritmo inferior al 2%.
Y al mismo tiempo, en el mismo día, la patronal CEOE avisaba de que tanto pesimismo y tanta desaceleración anunciada puede ser perjudicial para nuestra economía. “Lo que sí pido es que se evite el catastrofismo al hablar de la situación económica de España ya que se puede volver en contra…Nuestros inversores son extranjeros: son las viudas de Escocia, los fondos…” dice Antonio Garamendi que no quiere que, tanto pintar vacas flacas respecto a la situación económica espante a las ‘viudas escocesas’.
Pero, ¿quiénes son las viudas escocesas? Pues…se puede decir que es el primer fondo de pensiones del mundo. En el año 1744, dos reverendos presbiterianos Alexander Webster y Robert Wallace, (no confundir con William Wallace), decidieron establecer un instrumento financiero que diera seguridad a las viudas y huérfanos de los pastores presbiterianos. Se apoyaron en la incipiente estadística, aunque eran conscientes de que no podían saber cuándo iba a morir un semejante pero si podían predecir, con precisión más o menos aceptable, la esperanza media de vida, y utilizaron la Ley de grandes números de Jacob Bernouli, que establece que lo difícil es predecir, con certeza, un solo acontecimiento, pero que es posible predecir con precisión el resultado promedio de muchos acontecimientos similares. De tal manera que Webster y Wallace hicieron cálculos y descubrieron que más o menos morían al año unos treinta reverendos presbiterianos escoceses y siempre quedaban vivos, más o menos, 930. Calcularon cuántos dejarían viuda y huérfanos y establecieron las cuotas del fondo de provisión.
Alrededor del 46% de la deuda pública española está en manos extranjeras y la inversión foránea en nuestro país ha retrocedido en unos 18.000 millones de euros en la primera mitad del año
Los expertos aseguran que la clave estuvo en el correcto cálculo de cuánto dinero sería necesario para las contingencias y ahí radicó su éxito. De hecho, sus fórmulas no difieren mucho de las actuales, basadas en probabilidades y estadísticas, y que llevan a que las compañías de seguros sepan cuanta prima deben pagar sus asegurados para afrontar todos los imprevistos y aun así ganar dinero. Aún ahora el “scottishwidows” o “fondo de las viudas escocesas” es un participante famoso e importante en los mercados, es una de las compañías de pensiones y seguros más grandes del mundo y cualquiera, no solo los ministros, pueden hacerse una póliza.
Pues bien, 275 años después, lo que le preocupa al presidente de la CEOE es que los inversores extranjeros, sean escoceses o no, decidan dejar de invertir en España y recuerda además Garamendi que para más inri, alrededor del 46% de la inmensa deuda pública española está en manos extranjeras, y que la inversión foránea en nuestro país ha retrocedido en unos 18.000 millones de euros en la primera mitad del año. En resumen, que en un mundo cada día más global la economía no está para gaitas.
Y todos sienten terror a pronunciar la palabra 'crisis'.